En Ciencia y Salud, la Sra. Eddy aconseja (pág. 424): "Los accidentes son desconocidos para Dios, o Mente inmortal, y tenemos que abandonar la base mortal de la creencia y unirnos con la Mente única, a fin de cambiar la noción de la casualidad por el concepto correcto de la infalible dirección de Dios y así sacar a luz la armonía".
Por más de un año he negado en mis oraciones que la suerte sea un elemento en mi experiencia, y he afirmado que el poder y el control de Dios infinito son la única Mente que existe. Mi familia y yo hemos sentido las bendiciones de esta oración consecuente.
Para probar esto me gustaría compartir una experiencia reciente. Estando de vacaciones en otro país, mis compañeros (quienes no son Científicos Cristianos) y yo viajábamos a un lugar especial en la costa. Nuestro objetivo era observar la salida de pingüinos del mar durante el crepúsculo. A medida que recorríamos millas cruzando los pastizales llanos que nos rodeaban, habíamos visto una imponente tormenta eléctrica que venía en nuestra dirección. Nubes negras y púrpuras se movían por el cielo, encendidas con rayos ocasionales de relámpagos intensos. Al oscurecer el día, los relámpagos se hicieron más brillantes y más frecuentes.
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