
Relatos de curación
He estudiado la Ciencia Cristiana por más de medio siglo, y creo que es hora de que comparta mi gratitud por una curación muy sagrada que he tenido. Nací en un país que se convirtió en un violento enemigo del país nativo de mis padres.
Hace muchos años, cuando servía como técnico de laboratorio en el Cuerpo Médico del Ejército de los Estados Unidos, accidentalmente ingerí cianuro durante un ensayo de laboratorio. Pero no sentí temor alguno.
He visto que los cultos en una filial de la Iglesia de Cristo, Científico son una fuente de curación e inspiración. En cada culto de la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) , uno escucha lecturas de la Biblia y del libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy.
Esto es escrito en la esperanza de que pueda ayudar a otros que buscan salvación por medio del prometido Consolador de Dios, la Ciencia divina. También deseo testificar de la regeneración espiritual que la lectura del libro de texto, Ciencia y Salud por la Sra.
Poco tiempo antes de las Navidades de 1981, me enfermé. Al principio, no tenía control de un dedo ni podía caminar normalmente.
Cuando estaba en tercer grado, no entendía nada de matemáticas. Un día, saqué “insuficiente” en una prueba.
Someto este testimonio con un intenso deseo de expresar mi gratitud a Dios por haberme dado prueba de Su admirable cuidado durante un momento de peligro extremo. Años atrás, construimos una casa en una propiedad que tenía una profunda zanja de desagüe en la parte de atrás del lote.
He comprobado que la Ciencia Cristiana cura. En 1975, cuando hacía trabajos en casa para una industria, mi seguridad emocional (o más bien, mi inseguridad) dependía, en general, de lo material.
Mis padres habían sido estudiantes de Ciencia Cristiana por seis años cuando yo nací; por lo tanto, fui criado en estas enseñanzas desde mis primeros días. Para el tiempo en que comenzó la Segunda Guerra Mundial, yo había sido un alumno de la Escuela Dominical de una iglesia filial por dieciséis años.
Una vez, tenía un serio problema en el corazón, que me obligaba a permanecer en cama por largos períodos de tiempo. Una amiga mía, que había sido sanada por medio de la Ciencia Cristiana, me habló de esta maravillosa religión, y así comencé a leer el libro Ciencia y Salud por la Sra.