
Relatos de curación
Una vez, tenía un serio problema en el corazón, que me obligaba a permanecer en cama por largos períodos de tiempo. Una amiga mía, que había sido sanada por medio de la Ciencia Cristiana, me habló de esta maravillosa religión, y así comencé a leer el libro Ciencia y Salud por la Sra.
La solicitud que Dios tiene por nosotros es constante e inagotable. El nos cuida aun cuando nos sentimos incapaces de orar.
Gracias a una querida amiga, nuestra familia conoció la Ciencia Cristiana cuando yo tenía cerca de trece años de edad. En aquel momento tenía una gran necesidad de sanarme.
Es con mucha gratitud por tantas bellas curaciones que he tenido mediante el estudio de la Ciencia Cristiana que doy este testimonio. En 1969, fui a visitar una parte muy serena del estado de Vermont, [Estados Unidos].
La Biblia dice: “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios” (Salmo 103:1, 2).
Con infinita gratitud y gozo por haber sido guiado a conocer la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) , ofrezco este testimonio como una prueba de los frutos que resultan del estudio y de la práctica de esta enseñanza. Las evidencias del poder de Dios, al solucionar los problemas que hemos tenido mi esposa, nuestras hijas y yo a lo largo de muchos años, son numerosas.
Mi madre murió cuando yo tenía siete años. Yo no podía creer en un Dios que pudiera privarme de mi muy amada madre; por eso, dejé de orar.
Un miércoles por la noche, después de la reunión de nuestra iglesia filial, llegué a mi casa que estaba a oscuras. Al entrar, alguien me sujetó por la espalda y me echó al suelo.
Hace aproximadamente diez años, una noche de verano, mientras iba con mi hijo de tres años manejando el auto camino a casa por una carretera del interior, de repente sentí fuertes palpitaciones del corazón. En cierto instante, mi corazón cesó de latir completamente y me invadió un intenso temor de que me estaba muriendo.
El asistir hace dos años a mi asociación de estudiantes de Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) en Nueva Delhi, fue un desafío. Pero cuán perfectamente se reveló el propósito de Dios.