
Relatos de curación
Después del nacimiento de mi segundo hijo (que era bastante enfermizo), y en medio de otras dificultades y decepciones, incluso un matrimonio con problemas, empecé a razonar que, de alguna forma, tenía que haber algo más profundo en la vida lo cual yo no estaba experimentando; algo mejor de lo que la escena humana ofrecía. Seguramente, pensé, hay un propósito más elevado en la vida aparte de comer, dormir, trabajar, tener placeres y problemas humanos.
En una oportunidad, a pesar de haber recibido ayuda por medio de la oración de fieles practicistas de la Ciencia Cristiana, en forma intermitente y por más de un año, y agregando a esto mi propio estudio de la Biblia y de los escritos de la Sra. Eddy, no parecía ver progreso alguno en la curación.
Desde que apareció mi primer testimonio en el Christian Science Sentinel hace algunos años, he tenido mucho por lo cual estar agradecida. He tenido tantas pruebas de la segura y amorosa dirección de Dios, que no podría dejar de reconocer con agradecimiento Su sabiduría.
Hace varios años, mientras un dentista me limpiaba los dientes, me dijo que parte de la encía estaba deteriorada. Me dio el nombre de un especialista y me recomendó que me operara.
Al comenzar a estudiar Ciencia Cristiana, mi vida se transformó radicalmente. Después de dos años, me afilié a una filial de la Iglesia de Cristo, Científico, y poco después, a La Iglesia Madre.
Me crié en un hogar donde se practicaba la Ciencia Cristiana con regularidad, y he confiado en sus enseñanzas para sanar dificultades de toda clase. Sentía que nada podía conmover mi fe en el poder de la oración para sanar, hasta que llegó el momento del nacimiento de nuestro segundo hijo.
Fui criado en la Ciencia Cristiana, y durante mi niñez me apoyé totalmente en Dios para curarme. También concurrí a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana hasta la edad de dieciséis años.
Es mi enorme deseo agradecer a Dios porque he conocido la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) . Durante muchos años estuve bajo tratamiento médico a fin de recuperar la salud, pero en vez de mejorar, yo empeoraba.
El siguiente testimonio fue escrito por una señora que reside en una zona donde los derechos individuales y la libertad religiosa están muy restringidos. Hace varios años, me encontré frente a una crisis personal que cambió mi vida por completo.
En mis anhelos por conocer y comprender mejor a Dios asistí a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana cuando era estudiante de primer año en la universidad. Con la amorosa dirección de mis maestros de la Escuela Dominical, y por medio de mi propio estudio de la Biblia y de Ciencia y Salud por la Sra.