
Relatos de curación
Durante la guerra civil en Nigeria, no estuve de acuerdo con la manera de vivir de la mayoría de los cristianos populares. Decidí buscar un modo más práctico de vivir y, en lo posible, un sentido perdurable de la presencia de Dios, cerrar la puerta de mi aposento — morar en un íntimo santuario para servir a mi Dios.
El impaciente investigador siempre está al acecho para saber la razón y el porqué de todas esas cosas que le resultan un enigma. Sin embargo, a veces debiera aprender del paciente agricultor que no se preocupa por conocer de qué está constituida una semilla.
Durante todo nuestro matrimonio la Ciencia Cristiana ha combatido y vencido muchos desafíos. La comprensión de que Dios está siempre presente nos ha sostenido continuamente en la curación de enfermedades contagiosas de nuestros dos hijos, en cuestiones de ingresos y de provisión, de hogar y empleo.
Es imposible enumerar las bendiciones que he recibido por medio del poder sanador de la Ciencia Cristiana durante más de sesenta años. Cuando era niña, me caí, lastimándome una de las rodillas.
Por medio de la Ciencia Cristiana he sanado de epilepsia. Me siento muy feliz al poder expresar mi profunda gratitud por todas las bendiciones que he recibido.
Hace poco tiempo que soy estudiante de Ciencia Cristiana, pero puedo atestiguar una importante curación. Durante cinco años usé lentes recetados por un oculista, que decía se estaba despertando en mí una miopía.
He sanado de una enfermedad maligna que me estaba deteriorando extensas partes del cuerpo. Aunque nunca sentí la tentación de que se me hiciera un diagnóstico médico, los síntomas de cáncer eran evidentes y a veces sentía temor.
Me gustaría expresar mi gratitud por la Ciencia Cristiana y mencionar algunas de las curaciones que he tenido gracias a mi entendimiento y a la aplicación de la verdad, sin la ayuda de un practicista de la Ciencia Cristiana. Empecé a estudiar Ciencia Cristiana en varias oportunidades Desde hace mucho tiempo he estado familiarizada con sus enseñanzas.
Después de haber pasado un año en el hospital recibiendo tratamiento para una condición de tuberculosis, se me dio muy poco tiempo de vida. Fui guiada a la Ciencia Cristiana por medio de una vecina nueva en un momento en el que sentí que ya no podía seguir adelante.
Quisiera aprovechar esta oportunidad para dar testimonio de una curación en la Ciencia Cristiana, no sólo por gratitud sino también por estar maravillado por esta noble Causa. Debido a mi edad avanzada se creía que no encontraría empleo.