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[Original en danés]

Desde mi niñez tuve problemas con mi espalda.

Del número de marzo de 1980 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Desde mi niñez tuve problemas con mi espalda. Y una vez que la infancia quedó atrás, se produjeron muchos cambios en mi vida, que no mejoraron mi salud, y la condición causó aun otras enfermedades. Hace aproximadamente nueve años en un hospital diagnosticaron el problema como tres discos de la columna fuera de lugar, un considerable desgaste y una fuerte descalcificación. Los médicos no pudieron hacer nada por mí. Durante los dos años siguientes mi estado empeoró.

Una noche, cuando la condición ya parecía intolerable, llamé por teléfono a una mujer, sólo para escuchar la voz de alguien. Ella me recomendó leer Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, lo cual rechacé. No obstante, media hora después me encontraba en su casa. Me sentí impulsada por Dios a ir, aunque en ese momento no comprendí la inspiración que me llevó hasta allí. Regresé a casa con Ciencia y Salud y comencé a leer el Prefacio. Luego me fui a acostar sin tomar ninguna píldora, sintiendo de nuevo el deseo de creer en Dios.

A la mañana siguiente desperté después de haber dormido maravillosamente bien. Me levanté liviana y feliz, sintiéndome como una persona completamente nueva. Mi reacción fue de humildad y mansedumbre, pues aquello sólo podía venir de una fuente: Dios.

Comencé entonces a estudiar seriamente la Ciencia Cristiana. Fue, y continúa siendo, algo grande alcanzar un nuevo entendimiento de Dios y del hombre a Su semejanza.

Una semana después fui a ver a una practicista de la Ciencia Cristiana para pedirle me ayudara a obtener una comprensión más profunda. Más o menos dos semanas después, durante la víspera de la noche de Navidad, desperté a cierta hora de la noche. Al darme vuelta en la cama para cambiar de posición, parte de la columna volvió a su lugar. Volví a dormirme de inmediato. A la mañana siguiente lo primero que hice fue pasarme la mano por la espalda: Sí, estaba completamente derecha. Con una indecible sensación de bienaventuranza y felicidad, mi gratitud se elevó a Dios por una curación y liberación completas.

Antes de conocer la Ciencia Cristiana, muchas veces había tratado de definir la felicidad. Ahora sé lo que es. Es conocer a Dios y lograr un mejor entendimiento espiritual. Nunca podremos estar lo suficientemente agradecidos por haber Dios guiado a la Sra. Eddy a darnos la Ciencia Cristiana. La Biblia y Ciencia y Salud son la mejor ayuda en nuestra búsqueda.

Por ser miembro de La Iglesia Madre y miembro activo de una iglesia filial, estoy muy agradecida.


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