
Relatos de curación
Hace algunos años me vi enfrentado a un problema comercial. Se trataba de un negocio familiar y del cual yo formaba parte; debía adoptar una decisión para venderlo porque no era compatible con la Ciencia Cristiana.
Cuando recobré la razón hace más de quince años en una institución para enfermos mentales, algunas de las verdades aprendidas en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana fueron mi sostén. No recuerdo haber orado específicamente, pero sí recuerdo las palabras “Ciencia Cristiana”.
“Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó” (Lucas 10:21).
Cuando yo era una adolescente, una querida amiga puso en mis manos un ejemplar de El Heraldo de la Ciencia Cristiana diciendo: “He aquí una religión que lleva a cabo curaciones como en el tiempo de Jesús”. No dudé de la veracidad de los testimonios que leí y en seguida me convencí que ésta era la religión que yo necesitaba.
Todo lo que soy o tengo, se lo debo a la Ciencia Cristiana Christian Science: Pronunciado Crischan Sáiens.
Estoy muy agradecido por la Ciencia Cristiana, la cual ha sido mi único guía y médico durante casi cuarenta años. La primera vez que leí Ciencia y Salud por la Sra.
En 1929 perdí un bebé. Al mismo tiempo fui sometida a una operación que me dejó una cicatriz que sobresalía en mi estómago.
De regreso a la universidad después de las vacaciones de Navidad, en la mañana del jueves de una semana de mucha actividad social, me registré en la clínica. Me sentí bastante débil y dormí la mayor parte del día.
Hace más o menos diez años, una amiga que sentía preocupación por mí, me introdujo a la Ciencia Cristiana. Estaba padeciendo varias enfermedades, y confinada en cama la mayor parte del tiempo.
Las palabras no pueden expresar la profunda felicidad que siento al meditar sobre la protección y las curaciones que he experimentado durante varias décadas dedicadas a estudiar más la Ciencia Cristiana. Como alumno de la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana confié solamente en la oración a Dios para resolver mis problemas relacionados con mi salud.