
Relatos de curación
Varías curaciones que experimenté por medio de la aplicación de la Ciencia Cristiana fueron relatadas en un testimonio publicado en 1957. Hoy quisiera mencionar una más.
“Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre” (Éxodo 20:2). Por medio del presente testimonio deseo expresar mi gratitud a Dios y a la Ciencia Cristiana por haberme liberado de la afición a las drogas y de la prisión.
En 1 962 pasé por una prueba muy severa pues enfermé de gripe y pulmonía. Con profunda humildad y gratitud deseo expresar mi reconocimiento por la dedicada practicista de la Ciencia Cristiana que permaneció día y noche ejerciendo su comprensión espiritual del hecho de que a mi verdadera identidad, como idea espiritual de Dios, en ningún momento puede tocarla enfermedad alguna, destruirla ni causarle daño.
Cuando me encontraba estudiando en la escuela secundaria, llevando a cuestas lo que parecía ser una pesada carga de todo lo que tenía para estudiar, además de seguir al mismo tiempo una carrera en el campo de la música, comencé a tener dificultades de la vista, como para proseguir mis actividades normalmente. Me hicieron un examen de los ojos, y me recetaron anteojos.
Durante el mes de junio del año 1936, hice una visita a mi hermano que residía en otra ciudad. En esa época me sentía deprimida, infeliz, amargada, y sin esperanza ni interés por la vida, debido a que por espacio de cinco años había estado bajo tratamiento médico para ser curada de epilepsia aunque sin haber tenido ninguna mejoría.
“Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas” (Isaías 40:31). Cuando vieja y enferma para el sentido humano, hice un viaje a las montañas y allí conocí a una encantadora dama que me prestó algunas publicaciones de la Ciencia Cristiana.
Hace varios años, cuando mi madre me invitó a la iglesia filial de la Ciencia Cristiana donde ella concurría, acepté la invitación muy complacido, aunque no tenía conocimiento de qué podría tratarse, realmente. No obstante, ese primer contacto con la Ciencia Cristiana Christian Science: Pronunciado Crischan Sáiens.
Conocí la Ciencia Cristiana a una edad muy avanzada; no obstante, he tenido el privilegio de recibir muchas bendiciones. Una afección cardíaca muy seria, de la cual había padecido, ya no me produce ninguna molestia, y muchas otras dificultades, tales como la artritis, que me atormentaba frecuentemente, han desaparecido totalmente.
Como testimonio de la verdad demostrada por Cristo Jesús y con profundo respeto y gratitud por la incomparable obra de Mrs. Eddy, al revelarnos la verdad, deseo relatar algunas bendiciones que he recibido por medio del estudio de la Ciencia Cristiana.
En el mundo de hoy en el cual la humanidad está empeñada en una gran búsqueda de los valores verdaderos, la Ciencia Cristiana permanece como un faro de la Verdad para guiar a los hombre fuera de las tinieblas y de la desesperación hacia la luz del amor que Dios tiene por Su creación, el hombre, Su imagen y reflejo perfecto, creado a Su semejanza. Hace muchos años me encontraba sumida en el fango del desaliento debido a relaciones humanas rotas y a una seria condición física muy grave.