Relatos de curación
Quiero expresar mi gratitud a Dios por las muchas bendiciones que he recibido mediante la Christian Science Nombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”.
Hace veinte años me hallaba en una condición en la que nada podían hacer por mí cinco médicos, por lo cual me pareció conveniente consultar a un especialista. Me dijo: “Es usted toda nerviosidad y necesita una operación en el cuello, pero en su estado actual es imposible operarla.
Al dar testimonio de los hechos de Jesús dijo San Juan (Juan 21:25): “Si se escribieran uno por uno, supongo que ni aun en el mundo podrían caber los libros que se habrían de escribir. ” Yo también siento, cuando trato de expresar mi gratitud por las bendiciones infinitas de que he sido objeto mediante la revelación del Cristo, la Verdad, que los medios humanos son inadecuados para comunicar las ideas dignas de la bondad del Amor divino.
La Christian Science ha traído a mi vida tanto gozo y felicidad durante los últimos once años que deseo expresar públicamente mi gratitud por ella y por Mary Baker Eddy, su Descubridora y Fundadora. Hubo un tiempo en mi vida en el que yo buscaba algo.
Hace muchos años que un amigo me ofreció bondadosamente la Christian Science cuando yo sufría de severos trastornos estomacales e intestinales y me hallaba muy preocupado por el estado de mi salud. Al principio, incapaz de comprender que “para los hombres esto es imposible, mas para Dios todas las cosas son posibles,” me rehusé a considerarla para nada y me mofé de las muchas cosas buenas que decían de su poder para curar y regenerar.
Mi primera vislumbre de las enseñanzas de la Christian Science Nombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”.
“Bendice, alma mía, a Jehová; y bendigan todas mis entrañas su santo nombre” (Salmo 103:1). Estas palabras de alabanza expresan en cierto modo lo que yo siento por la Christian Science.
Yo oí por primera vez de la Christian Science en el año de 1929 por unos amigos cuando estaba curándome en un sanatorio. Esos amigos me interesaron en la Christian Science y me llevaron todas las publicaciones autorizadas que habían sido traducidas al francés.
Un miércoles experimenté cierta bella curación mientras asistía a una reunión testimonial vespertina en nuestra iglesia filial de la Christian Science. Cuando se anunció el primer himno, me dí cuenta de que había olvidado mis lentes.
La Christian Science vino a mí hace varios años, cuando moría de meningitis. Mi madre, que me atendía como enfermera, había recibido un ejemplar de “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy.