Relatos de curación
Siempre tuve desde mi infancia un anhelo de conocer mejor a Dios. Me esforzaba por ser mansa y humilde, por perdonarlo todo y ser siempre obediente.
Al ingresar en una universidad, siendo yo religioso por naturaleza, opté por el ministerio e hice los preparativos necesarios para esa vocación. Dos años después de comenzados mis estudios y durante los cuales me ví asediado por problemas de crítica más alta, teología escolástica y discusiones filosóficas, cambié de curso de estudios.
Siento que ha llegado la hora de expresar por escrito mi gratitud por la Christian Science que ya he manifestado en muchas oportunidades en nuestras reuniones testimoniales de los miércoles. Como me críe en la Christian Science y mis primeros problemas fueron resueltos por mi madre, me acostumbré a estar seguro de que al fín y al cabo siempre acabaría el bien por triunfar sobre el mal, restableciendo la armonía.
Doy infinitas gracias a Dios. Además desearía testificar acerca de las curaciones que he experimentado.
Desearía ofrecer este testimonio a guisa de obediencia que tengo en mucho desde que experimenté una curación lograda por un sincero deseo de ser obediente. Durante varios meses había tenido una mano enferma.
“El que habita en el retiro del Altísimo, morará seguro bajo la sombra del Omnipotente” escribe el Salmista (91:1). Cuando me pongo a meditar sobre los treinta y cinco años que llevo estudiando la Christian Science, percibo que justamente en la medida en que he morado conscientemente en este “retiro” he recibido grandes bendiciones.
Mi esposa y yo hemos estado estudiando la Christian Science durante unos veintisiete años. Quizá la más importante curación que he experimentado ha sido la de la creencia errónea de que Dios es desconocido y aun incognoscible.
Hace unos cuatro años sufrí una caída, fracturándome las dos muñecas. En aquel tiempo no sabía absolutamente nada acerca de la Christian Science de modo que consulté a un osteópata.
Hace ya mucho tiempo que debí de haber expresado en nuestras publicaciones periódicas mi gratitud a Dios por todas las bendiciones que he recibido merced al estudio y aplicación de la Christian Science El nombre dado por Mary Baker Eddy a su descubrimiento (pronunciado Críschan Sáiens) y que, traducido literalmente, es la “Ciencia Cristiana”.
Yo emprendí el estudio de la Christian Science cuando padecía de muy mala salud. En aquel entonces era miembro activo de una iglesia ortodoxa y estaba buscando a Dios, pero al mismo tiempo confiaba en la medicina.