Yo era un enfermizo cuando niño y ya bien entrada mi juventud, con una serie de males en el verano y otra distinta en el invierno. Después de salir de mi ciudad natal situada a buena altura sobre el nivel del mar en las llanuras de México para trasladarme a la costa del Golfo de México empleado por una gran empresa americana, mis achaques del invierno disminuyeron, pero los del verano empeoraron, especialmente un persistente desorden estomacal.
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