
Relatos de curación
Todo empezó hace dos años, cuando comencé a notar cambios en el abdomen y a no sentirme muy bien. Una tarde, cuando regresaba del trabajo en mi auto, me sentí sumamente enferma y tuve que detenerme en el camino.
Sufrí de insomnio desde que era niña. Con los años, el problema se fue acentuando cada vez más.
Cuando mi hijo tenía un año, le diagnosticaron una hipersensibilidad bronquial. Me dijeron que le duraría, por lo menos, hasta los cinco años, y que tendría varias recaídas.
Cuando mi hijo tenía 4 meses se le desarrolló una infección en la garganta. Al principio pensamos que era algo pasajero y lo llevamos a un médico que le recetó unos medicamentos.
Estando de vacaciones con unos amigos en la playa, decidí entrar en el mar, aprovechando que la marea estaba bastante baja. Ya mar adentro, notamos que había mucha corriente.
Antes de conocer la Ciencia Cristiana yo sufría de dolores en las articulaciones, sobre todo en los hombros y en las caderas. Cuando el médico me dijo que tenía principio de artrosis me sentímuy angustiada pensando que no podría caminar ni trabajar.
Conocí la Ciencia Cristiana poco después de que mi esposo abandonó el hogar, dejándome sin ninguna ayuda económica y con 8 hijos: la mayor tenía 14 años y el más pequeño menos de un año. En mi búsqueda de ayuda encontré estas palabras alentadoras en la Biblia: "Tu marido es tu hacedor, Jehová de los Ejércitos es su nombre.
Soy bailarina y actriz. Cuando un dolor en la cadera y una pierna comenzó a imposibilitarme toda movilidad, me sentí desesperada.
Tuve una niñez llena de amor, aunque veía a mi madre sólo una vez por semana. Ella para poder ir a trabajar me había puesto al cuidado de un matrimonio mayor y su hija.
En medio de un divorcio que me había llenado de temor y resentimiento, hace 20 años conocí la Ciencia Cristiana. Tenía dos niños pequeños que mantener, y la situación había empezado a afectarme físicamente.