Relatos de curación
En una ocasión, me operaron de una hernia y poco después me detectaron otra, esta vez ingüinal. El médico quiso operarme de nuevo, pero esta vez me negué.
Hacía cinco años que estaba muy mal de salud. Había bajado demasiado de peso y mi piel tenía un color muy feo porque consumía muchos remedios.
Esta curación ocurrió cuando hace unos años se me empezó a inflamar mucho una rodilla, además de dolerme la pierna y el pie al punto que a veces me daba mucho trabajo caminar. Yo tengo unos apartamentos para alquilar a los que les había hecho instalar unas losetas nuevas, pero tenía que limpiar el pegamento que les sale por las orillas después de instaladas.
Me dediqué a la enseñanza de educación musical a nivel de primaria y secundaria durante muchos años, hasta que decidí renunciar a mi puesto. Tiempo después, se me dislocó la mandíbula, lo que me producía un tremendo dolor.
Son muchas las evidencias del cuidado de Dios que he tenido en mi vida. Cuando tenía tres años me atropelló un automóvil y me golpeó fuertemente en la cabeza.
Conozco la Ciencia Cristiana desde hace 36 años y he tenido muchas demostraciones del poder y del cuidado de Dios. Siempre oro para reconocer que soy un reflejo, la idea, de mi amado Padre, e insisto en que vivo, me muevo y respiro en el ambiente espiritual, para defenderme mentalmente de todas las noticias sobre enfermedad que transmiten por radio y televisión.
Siempre me trae mucha inspiración la definición metafísica que Ciencia y Salud da del hombre, donde Mary Baker Eddy afirma que el hombre es espiritual y perfecto y que no está constituido por elementos materiales (pág. 475).
Desde que era adolescente yo había sufrido de los riñones, y cuando nació mi primera hija, debido a ese problema, los médicos me dijeron que yo no viviría más de 10 años. Esto me hacía sentir lástima de mí misma, pensando que no merecía tanto sufrimiento.
CUANDO SÓLO EL ESPÍRITU SANA TESTIMONIOS DE TODAS PARTES DEL MUNDO En una ocasión, estaba estudiando las palabras de Jesús, “Yo soy la luz del mundo” (Juan 8:12), cuando experimenté una iluminación espiritual que me permitió percibir cómo pudo Jesús sanar a diez leprosos a la vez (véase Lucas 17:12-19). Esa breve vislumbre me demostró algo de nuestra realidad espiritual y cómo podemos sanar y ser sanados rápidamente mediante el tratamiento de la Ciencia Cristiana.
Hace años, trabajé de aeromoza de la línea aérea Aviateca. Un día, mientras volábamos en un avión DC-6 de cuatro motores rumbo a la ciudad de Nueva Orleáns, con pasajeros y otras dos aeromozas, de pronto los motores empezaron a fallar.