Relatos de curación
Después de haber pasado por varias situaciones difíciles en mi vida, como el fallecimiento de mi padre y un divorcio después de años de casada, viendo que una querida tía siempre se veía bien, un día le pedí que me hablara de la Ciencia Cristiana. Cuando me prestó el libro Ciencia y Salud, su lectura empezó a cambiar mi forma de pensar y sin esfuerzo alguno me conquistó para siempre.
Según los médicos, yo hacía muchos años que sufría de una alteración en la glándula tiroides que ignoraba que tenía hasta que se presentaron los síntomas. Fue una etapa muy difícil de mi vida pues me afectaba principalmente los nervios.
Yo tenía 20 años cuando conocí el libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras. Siempre había tenido a Cristo en mi corazón, así que muy pronto este libro y la Biblia se convirtieron en mi consulta diaria, donde encontraba las respuestas a mis necesidades.
Yo era una mujer fuerte de 62 años, y estaba encargada de la limpieza de uno de los pisos en un asilo de ancianos. Era un trabajo muy duro, pero lograba hacerlo.
Hace trece años, antes de conocer la Ciencia Cristiana, me diagnosticaron que tenía lupus, enfermedad inflamatoria crónica que produce reacciones inmunológicas. Ya hacía mucho tiempo que estaba tomando medicamentos porque tenía presión sanguínea alta.
Canto profesionalmente desde hace más de diez años. Un día, se me presentó la oportunidad de ocupar una plaza en uno de los mejores coros del país, y, cuando me hicieron la prueba, la directora me señaló que me notaba la voz un poco agotada.
Debido a una dolencia infecciosa en los riñones hace algún tiempo se me producían unas Ilagas muy molestas en la boca y orinaba con gran dificultad. Entonces mi esposo habló con una practicista de la Ciencia Cristiana para que orara conmigo.
Al poco tiempo de casada, descubrimos que no podía quedar embarazada. Hicimos algunas consultas médicas y nos dijeron que mi esposo tenía dificultades para engendrar un hijo, a pesar de que él ya había tenido dos en un matrimonio anterior.
Hace unos años, teníamos un pequeño negocio de artículos escolares, muy convenientemente ubicado frente a una escuela primaria. Un día lunes, al abrir el negocio, comprobamos que faltaba gran parte de la mercadería.
A la edad de 11 años me detectaron una cardiopatía congénita y comencé a asistir con frecuencia al Instituto de Cardiología de la ciudad de México, DF. Muchos años después, conocí la Ciencia Cristiana y al aprender que Dios es Vida, Verdad y Amor, la Mente única, mi vida empezó a cambiar.