Relatos de curación
CUANDO SÓLO EL ESPÍRITU SANA TESTIMONIOS DE TODAS PARTES DEL MUNDO Conocí la Ciencia Cristiana hace más de 30 años. En aquel tiempo mi primera hija lloraba mucho de noche y los médicos no sabían qué tenía.
Cuando llegué a Estados Unidos desde El Salvador me sentía muy mal del estómago y tenía síntomas que no conocía. Al ver a un médico, tras mandarme a hacer unos análisis, me dijo que tenía colitis crónica aguda, que era muy difícil de sanar.
Mi familia conoció el libro Ciencia y Salud hace muchos años, cuando mi hermano sanó de 35 úlceras que tenía en el duodeno, mediante la oración. Sin embargo, yo nunca había leído este libro hasta que un día mi mamá cayó en coma y los médicos diagnosticaron que tenía un tumor en el cerebro.
CUANDO SÓLO EL ESPÍRITU SANA TESTIMONIOS DE TODAS PARTES DEL MUNDO En una ocasión, me descompuse seriamente del estómago, al punto de que empecé a tener vómitos y la piel se me puso amarillenta. Dados los síntomas, me di cuenta de que eran parecidos a los de hepatitis.
Un día, estaba dándole la papilla a mi hijo de cuatro meses de edad cuando de pronto empezó a toser, a respirar con dificultad y a ponerse morado. Traté de hacerle expulsar el alimento pero no pude.
Conocí la Christian Science en un momento muy difícil de mi vida. En esa época se vivía a diario aquí en el Perú con la amenaza terrorista y todos los días explotaban coches-bomba.
CUANDO SÓLO EL ESPÍRITU SANA TESTIMONIOS DE TODAS PARTES DEL MUNDO Cuando me diagnosticaron que tenía artritis reumatoide del tipo degenerativo me dijeron que llegaría a tener una debilidad muy grande y no podría moverme ni valerme por mí misma. Luego el médico me recetó un tratamiento para soportar los dolores mas no para curar la dolencia.
Un día al despertarme vi que me costaba trabajo moverme. Más tarde al ir a trabajar, no podía cargar cosas pesadas sin que me doliera el cuerpo y al bajar las escaleras las piernas y las rodillas me dolían mucho.
CUANDO SÓLO EL ESPÍRITU SANA TESTIMONIOS DE TODAS PARTES DEL MUNDO Muy preocupada por una hemorragia vagina, hace aproximadamente un año decidí tomar una vez más el libro Ciencia y Salud y estudiarlo. Cuando lo abrí leí bajo el encabazamiento marginal “Conceptos insidiosos” que en parte dice: “la sangre nunca dio vida, y nunca la puede quitar” (pág.
Después que mi papá abandonó el hogar cuando yo tenía diecinueve años, mi mamá y yo quedamos sumidas en la más profunda tristeza. Por casi diez años padecí de fuertes dolores de cabeza, lo que me obligó a abandonar mis estudios universitarios.