
Editoriales
Cuando nos expresan amor, sentimos dentro de nosotros mismos el poderoso impulso de expresar bondad, especialmente cuando es la expresión de ese Amor divino que ve más allá de la personalidad humana imperfecta, y contempla la bondad pura que caracteriza nuestra identidad real como reflejos puros de Dios. Mary Baker Eddy sintió ese amor puro de Dios expresado a través del amor de su madre, mediante su estudio de la Biblia, y especialmente mediante el ejemplo y las enseñanzas de Cristo Jesús.
¡Qué descubrimiento importante es comprender que todos debemos “vivir, no [podemos] morir”, y que todos podemos experimentar la resurrección esta Pascua y todos los días!
La Ciencia Cristiana nos muestra la certeza de la infalible bondad y gracia de Dios, y nos da la habilidad de orar para comprender esto mejor, no solo para nosotros mismos, sino también para nuestras comunidades.
Para comprender lo que Dios conoce, necesitamos saber qué es Dios, y qué hace. Entonces podemos amar verdaderamente a Dios con todo nuestro ser, y amarnos a nosotros mismos y a otros como Dios nos ama.
Parece haber un despertar en el pensamiento en lo que se refiere a comprender la curación, y es un cambio de una base material a una base espiritual.
El obsequio que Dios nos da del Cristo, la Verdad, es un regalo que todas las personas pueden recibir y compartir.
La sinceridad de nuestra gratitud solo puede medirse por la plenitud con que expresamos nuestra gratitud en la forma como vivimos.
¡La armonía eterna es un paisaje increíble como para perdérselo! De manera que vale la pena mantener la guardia contra la opinión falsa de que la vida material es la naturaleza de nuestra existencia.
Cuando nos plantamos —mantenemos firme nuestra consciencia— en la comprensión de la omnipotencia de la Verdad, las corrientes de pensamientos erróneos muy pronto se extinguen, entonces la estabilidad y la quietud de la Verdad reinan en el pensamiento y en la experiencia.
El amor de Dios por nosotros desborda, abriendo nuestros corazones para que nos amemos unos a otros.