Querido Lector:
Me conmuevo al pensar en un autor que nos escribió diciendo que se sentía decepcionado. Envió un artículo y no fue aceptado para su publicación, y el escritor quería saber si se debía a que nuestras normas son demasiado elevadas, y agregó: “Si estas son nuestras publicaciones, entonces permítannos compartir nuestras ideas con los demás. A mí me parece muy simple”. ¡Si sólo fuera tan simple!
Hablo por mí misma y por muchos otros que han enviado artículos que no han sido publicados. Sabemos el esfuerzo que se requiere para escribir un artículo y la decepción que puede sentirse cuando no es aceptado; algo que todos hemos vivido, incluso aquellos de nosotros que somos redactores. Así que, apreciamos muchísimo el esfuerzo de cada colaborador para compartir por escrito una vislumbre espiritual o una curación a fin de llevar el mensaje de la Ciencia Cristiana al público que lee las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana; tanto aquellos que están familiarizados con esta Ciencia, como muchos más que tienen el anhelo espiritual y la necesidad de sanar que la Ciencia Cristiana puede saciar. Es decir, toda la humanidad.
Mary Baker Eddy oraba a Dios en busca de guía para saber cómo podían las publicaciones periódicas que ella estableció traer curación y llevar el mensaje salvador de la Ciencia Cristiana a toda la humanidad. Los trabajadores aquí hacen todo lo posible por cumplir con esta meta elevada y ayudar a los escritores a desarrollar sus artículos conforme a ella. La Sra. Eddy sabía por experiencia propia como Redactora de sus revistas, que a los autores no les resulta fácil escribir con claridad acerca de una metafísica que todos puedan comprender. Los redactores y escritores tienen que orar con consagración, hacer persistentes esfuerzos y aprender para hacer que estas publicaciones sean lo mejor posible.
Lo maravilloso es que a medida que nos apoyamos en Dios al escribir, revisar nuestros propios escritos y trabajar juntos, aumenta nuestra comprensión espiritual, así como nuestra capacidad para sanar. Y la curación que se produce como resultado de estos esfuerzos llega a los demás aun cuando un artículo no sea publicado.
Estamos sumamente agradecidos por cada escrito que recibimos de los generosos autores, aunque no podamos publicar todos. Valoramos el flujo constante de artículos y testimonios que nos llegan y nos permiten elegir los mejores temas para cada número de nuestras revistas, y así alimentar el hambre espiritual de los lectores. Así que, por favor, continúen escribiendo.
A propósito, tenemos guías para escribir en internet, en jsh.christianscience.com/submit. Y queremos seguir conversando con ustedes en conversation@csps.com.
Barbara Vining
Redactora en Jefe
 
    
