Numerosos estudios e informes describen la manera en que el ritmo de vida actual tiene el efecto de dejar a la gente sintiéndose agotada. Ya sea que una persona se dedique a una exigente carrera profesional, que trabaje en una línea de montaje cuarenta horas a la semana o que se dedique por entero a ser ama de casa, los desafíos tienen mucho en común. Después de muchos años en el trabajo, ¿cómo puede alguien mantener un sentido de propósito, alegría y progreso en lo que esté haciendo? ¿Podemos sentir satisfacción en la manera en que ocupamos nuestra vida, en lugar de sentirnos agotados, consumidos ?
Existen docenas de manuales de ayuda propia, libros que supuestamente revelan todos los “secretos del éxito”: cómo llegar a la cumbre y permanecer allí. Pero, la mayoría de las veces, parece que falta algo esencial. ¿Cuál es el propósito verdadero de todo? ¿Dónde está el verdadero significado? Cuando es mucho lo que está centrado en las aspiraciones propias — cuando se concentra en el interés propio, en el egoísmo y en el beneficio propio — puede llegar el momento en que ese yo no sea capaz de soportar la tensión. Finalmente, esta manera de vivir egocéntrica se encuentra en un callejón sin salida.
De manera que ¿a qué podemos recurrir si hemos visto que la “salud y opulencia”, que son la moda de la década de 1980, carecen de algo fundamental en sus propósitos y metas? La gente todavía está descubriendo — como lo ha hecho durante siglos — que la Biblia ofrece una dirección en la que se puede confiar. Es un libro poderoso que nos ayuda a alejarnos de esos callejones sin salida en que nosotros mismos entramos. Señala el camino de progreso continuo y desarrollo individual que puede continuar a lo largo de nuestra vida.
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