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Lo que podemos hacer sobre la inflación

Del número de diciembre de 1981 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Quien esté luchando para hacer frente a la inflación puede obtener consuelo y tranquilidad, como también ayuda positiva, de la luz que la Ciencia Cristiana
Christian Science (crischan sáiens) arroja sobre asuntos de provisión.

A mucha gente la inflación la hace sentirse desamparada y temerosa, porque parecen estar atrapados por fuerzas económicas inexorables bastante fuera del poder de una persona (o hasta de una nación) para dominarlas. No obstante, la Ciencia Cristiana provee una perspectiva enteramente diferente. Lo necesario es elevar nuestro concepto de las cosas de una base de límites y objetos mortales a la comprensión espiritualmente científica de que Dios, el Amor divino, es el Dador infinito, cuyas leyes cumplen con todas las necesidades del hombre y continuamente revelan la sustancia verdadera, que es espiritual e infinita.

La mente humana comienza con límites — en este caso aumento en el índice de precios, ingresos rezagados, un número limitado de artículos de consumo y una corriente inflacionaria difícil de controlar — así como también la suposición, dada por sentada, de que nuestra provisión es material y que está gobernada por dichos factores. Pero el Científico Cristiano no acepta esta suposición ni las conclusiones derivadas de ella. Impugna la veracidad de toda esta base de referencia” como una condición subjetiva de la mente humana finita — alias la irreal mente material o mente — y no la verdadera realidad de su existencia. Como Mary Baker Eddy lo expresa: “La mente mortal ve lo que cree tan ciertamente como cree lo que ve. Siente, oye y ve sus propios pensamientos”.Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 86.

La verdad real del ser del hombre es que él no es un organismo material cuya vida y provisión dependen de condiciones materiales, sino que es la idea totalmente espiritual de la Mente divina, Dios; y que su vida, inteligencia, provisión, nutrición sustancia y bienestar se derivan de su creador infinito, el Espíritu. No está en garras de un mecanismo material impersonal, sino que es el beneficiario de la Mente y del Amor omniactivos.

En vez de funcionar sobre la base de una estructura limitada de humanas creencias o condiciones materiales, el hombre vive y se mueve y tiene su ser en la Vida, Mente y Amor infinitos, el bien omniactivo, donde está totalmente gobernado por las leyes, producentes de armonía y sostenedoras de armonía, del Principio divino, el Amor.

Estas leyes, que expresan la naturaleza de Dios y gobiernan el ser del hombre, son leyes de infinitud, que no tienen que ver con limitaciones sino que las excluyen. En la medida en que alguien que practica la Ciencia Cristiana comprende estas leyes espirituales — percibe y confía en su validez e infinitud porque son la manifestación del gobierno universal del Amor — ellas satisfacen la necesidad humana.

Un ejemplo de dichas leyes espirituales es la verdad de que jamás hay inadaptación ni malos ajustes en el reino del omnímodo Principio divino, y, por tanto, no existen tales discordias que, en realidad, el hombre tenga que experimentar. Otro ejemplo es que en el Amor infinito jamás hay disminución del bien que el hombre tiene a su disposición. Y aún otro es que la riqueza verdadera del hombre no consiste de limitadas cosas materiales, sino de consciencia e ideas espirituales ilimitadas, y éstas últimas jamás pueden perderse.

Aún otra ley espiritual es que, como nos dice la Epístola a los Romanos: “A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Rom. 8:28. Ciertamente, en la presencia de la Mente ilimitada jamás puede secarse la corriente de ideas correctas; y este hecho, comprendido en la Ciencia, nos capacita para demostrar que toda idea necesaria está a nuestro alcance.

Leyes sostenidas por Dios tales como éstas proveen la respuesta a toda sugestión de pérdida, agotamiento, empobrecimiento o privación; y mediante la oración profunda y el desarrollo de nuestra comprensión espiritual podemos demostrar esa respuesta.

En muchas ocasiones los estudiantes de Ciencia Cristiana han probado la naturaleza práctica de esa comprensión espiritual al superar, en bien de ellos mismos y de otros, la pérdida y la escasez, como lo registran con regularidad los testimonios en esta publicación. Estas pruebas modernas sirven para confirmar lo disponible que están las leyes eternas de la Verdad y el Amor que Cristo Jesús practicó, como, por ejemplo, cuando alimentó a más de cinco mil personas con lo que al sentido material le parecía ser un recurso limitado de cinco panes y dos peces. Ver Mateo 14:15–21.

Esta verdad sobre la capacidad de nuestro Padre celestial para satisfacer la necesidad humana es la misma en que se confió y que fue ilustrada cuando los hijos de Israel fueron alimentados con maná. Ver Éx. 16:11–15. Le fue expuesta a la mujer indigente en Sarepta cuando, como resultado de la fe que Elías tenía en Dios, y su conocimiento de Él, el puñado de harina en el barril “no escaseó”, y el poco de aceite en la vasija no disminuyó, “y comió él, y ella, y su casa, muchos días”. Ver 1 Reyes 17:8–16.

La Sra. Eddy indica la forma en que el Amor divino responde a nuestra necesidad cuando escribe: “El Salmista dice: ‘A sus ángeles mandará acerca de ti’. Dios os da Sus ideas espirituales, y ellas, a su vez, os dan vuestra provisión diaria. Nunca pidáis para el mañana; es suficiente que el Amor divino es una ayuda siempre presente; y si esperáis, jamás dudando, tendréis en todo momento todo lo que necesitéis. ¡Qué gloriosa herencia se nos da mediante la comprensión del Amor omnipresente!” Escritos Misceláneos, págs. 306–307.

La demostración que Elías hizo del cuidado que el Amor divino nos prodiga, superó la creencia mesmérica de la mujer en un padecimiento general de hambre. Al alimentar Jesús la multitud, nulificó, para ellos, los indicios inmediatos de escasez. Toda demostración de que la provisión del Amor infinito está a nuestro alcance, obtenida mediante nuestra creciente comprensión de la Ciencia del ser, no sólo responde a la necesidad de quien hace la demostración, sino que también ayuda a aliviar el temor y el sentido de limitación que cegaría a la humanidad para que no vea la infinitud del bien siempre disponible del Amor.

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