La Vida que es divina es ilimitada, libre de restricciones y continúa desarrollándose eternamente. El hombre es la expresión infinita de esta Vida, por siempre ilimitado y libre.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!