Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Por qué la Ciencia divina es definitiva

Del número de noviembre de 1981 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Hablando con sus discípulos justamente antes de la crucifixión, Cristo Jesús se refirió claramente a la revelación final que había de venir. Dio una descripción muy exacta de la naturaleza de esta revelación: “El Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. Juan 14:26.

Otra vez dijo: “Cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad”. Y nuevamente puso énfasis en que el Consolador revelaría toda la verdad: “Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber”. 16:13, 15.

Cuanto más profundamente se comprende la Ciencia divina, más claramente se percibe que esta Ciencia es el Consolador prometido. La Ciencia divina, que se conoce en su adaptación a la humanidad como Ciencia Cristiana, cumple la descripción del Maestro con notable exactitud. Al expresar las enseñanzas, el espíritu y el ejemplo de Jesús, nos trae a la memoria todas las cosas que él enseñó, y se comprueban en obras de redención y curación.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / noviembre de 1981

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.