Yo he aguardado más de diez años para ofrecer este testimonio, no tanto con el fin de probar a la Christian Science sino para probarme a mí misma. Desde el principio me dí cuenta que se trataba de la verdad, pero no sabía si aun estaba preparada para recibirla. Mientras más estudio la Christian Science y hago un esfuerzo por practicarla, más me convenzo que ella contiene todo lo que debe ofrecernos la religión. Explica la relación que existe entre Dios y el hombre, nos hace llevar una vida más feliz y es un "socorro bien experimentado en las angustias" (Salmos, 46:1), de cualquier clase que sean.
Yo he tenido muchas curaciones. Se me han sanado quemaduras muy graves sin dejar cicatrices. Padecí un lumbago crónico que se me fué mejorando hasta que por fin desapareció por completo. El vicio de fumar cigarrillos, al cual yo había sido muy adicta, fué curado por la lectura de la obra Ciencia y Salud. Muchas veces en mi vida, hice el esfuerzo por dejar de fumar pero siempre volvía al vicio, a pesar de que los médicos me habían dicho que el tabaco me estaba afectando el corazón. Si antes de comenzar el estudio de la Christian Science alguien me hubiese dicho que me podría curar del hábito de fumar jamás le habría creído.
Entre las muchas curaciones que yo he presenciado figuró una cura instantánea de la sinusitis, la que se efectuó con la ayuda de un practicista. Un hueso dislocado volvió a su lugar por efecto de la acción de la ley de Dios; dificultades en los negocios se han solucionado, los caracteres se han transformado y diversas situaciones difíciles se han mejorado.
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