Cuando el profeta Daniel se encontraba postrado por la desesperación, la Biblia nos cuenta que le vino un ángel con el siguiente mensaje (Daniel, 10:19): "¡No temas, oh varón muy amado! ¡paz sea contigo! sé fuerte, sí, sé fuerte!" Hoy en día el Cristo, la Verdad, tal como se ha revelado en la Christian Science, le trae el mismo mensaje a un mundo perplejo y rendido por la guerra. Daniel pertenecía a la tribu de Judá, la que había sido llevada cautiva a Babilonia.
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