Mi interés por la Christian Science fué despertado por primera vez a causa de una curación que obtuvo mi madre de un padecimiento que sufrió de manera intensa durante diez años. En esa época ella se estaba preparando para una operación que, según los médicos, ofrecía su única esperanza. Recibió alivio inmediatamente con el primer tratamiento de la Christian Science y con siete tratamientos quedó completamente sanada.
Más tarde yo fuí curada de tuberculosis, aunque previamente había tenido que abandonar la escuela y recurrir a tratamientos radiográficos y otros medios materiales. Poco después de empezar la lectura de la obra "Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras" de Mary Baker Eddy, me convencí de que esta Ciencia era precisamente lo que yo necesitaba. Acudí a un practicista y al cabo de unas dos semanas desapareció toda evidencia de la enfermedad.
De niña padecí muchas enfermedades serias, especialmente fiebres, de las cuales experimenté cuatro variedades. A poco de principiar el estudio de la Christian Science me enfermé de tifoidea andante. Durante algún tiempo intenté sanarme sola, pero finalmente sufrí un desmayo que duró casi veinticuatro horas. Se llamó a un practicista y en unos cuantos días mejoré notablemente. En el curso de una semana sané por completo y no experimenté efectos malos algunos. Esto me causó mucha sorpresa porque algunos años antes sufrí de fiebre tifoidea y fuí recluída en cama, bajo tratamiento médico, por unas siete semanas, las que fueron seguidas de un largo período de convalecencia.
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