Hace unos dieciseis años que oí mencionar por primera vez el poder curativo y regenerador de la Christian Science, cuando me hallaba en una situación muy trastornada. Como entonces no tenía empleo y estaba enfermo, el temor de un futuro incierto trataba de abrumarme con frecuencia. Estudiando con ahínco “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy, aprendí algo de lo que enseña y comencé a darme cuenta de lo que es la libertad verdadera.
Poco tiempo después sané por completo de reumatismo y encontré el puesto que todavía ocupo. Pocos años más tarde sané de una afección cardíaca de la que fuí presa desde la edad de quince años, lo cual a su vez libró a mis padres de la gran inquietud que eso les causaba. Me siento lleno de gratitud sincera por el amor omnipotente de nuestro Padre-Madre Dios, que tan abundantemente concede a todos Sus hijos.
Durante los últimos años de la guerra mundial con numerosas aeroincursiones que a menudo me sorprendían de improviso en mis viajes de negocios diarios o en alguna estación mientras esperaba el tren, lo que ya entendía de la Verdad me sirvió muy bien de arca protectora.
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