Hace unos veinticinco años, cuando tomé en mis manos por primera vez un ejemplar de “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy para ver el título, la palabra “salud” me llamó la atención y supuse que trataría de ejercicios calisténicos, dieta, etcétera. Me sorprendió bastante descubrir luego que el libro hablaba exclusivamente de Dios y de Sus hijos, entre los cuales sin duda que yo me contaba.
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