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Grabadura en cinta fonorreproductora de la reunión vespertina del martes

Esta reunión entera con texto cabal de cada discertación, los himnos, lecturas y oración está a la disposición de las filiales de La Iglesia Madre que la soliciten en forma de grabadura en cinta fonorreproductora, para que la presenten a sus congregaciones. También hay asequibles para las iglesias de habla en francés y alemán las traducciones a estos idiomas escritas a máquina. (Véase el anuncio respectivo en el número de julio de este Herald.)

Del número de octubre de 1954 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La Christian Science y el mundo de hoy día

[Síntesis de la reunión celebrada el 8 de junio a las 19:30. Esta reseña aparece en inglés en el Sentinel del 10 de julio de 1954.]

Que lo que más provoca hoy a la Causa de la Christian Science es lo que provoca a cada miembro individual de la Iglesia a que sea un representante más eficiente de la Christian Science, recalcaron los que hablaron en esta reunión.

El tema fué: Una evaluación realística y de hecho de “La Christian Science y el mundo de hoy día.” Los oradores, el Presidente W. Stuart Booth de Denver, Colorado, y Mrs. Lora C. Rathvon de Boston, Massachusetts; W. Dhu Aine Peaslee de Indianápolis, Indiana; Mrs. Grace V. Dickinson de Nueva York y el Teniente Coronel Robert Ellis Key de Boston, Massachusetts.

“Un modo de vivir más en consonancia con la Christian Science es la contribución más vital que puede aportar individualmente al mundo el Científico Cristiano,” declaró el Sr. Booth. Hablando sobre “lo que la Christian Science ofrece realmente al mundo,” indicó que curar al enfermo y regenerar al pecador es la piedra de toque de todos los que siguen al Maestro.

“El mundo tiene urgente necesidad de que lo salven de su propia creencia en el mal y el materialismo con el temor consiguiente,” dijo. Y declaró que sólo la Christian Science ofrece salvación de “la propaganda emponzoñadora e inepta de la voluntad humana sujeta a error,” que, dijo, trata de “ofuscar, asustar y mantener en incertidumbre a los que no saben que ‘el dominio estará sobre su hombro’ del Cristo.”

Agregó el Sr. Booth: “Es natural que surja la pregunta: ‘¿Qué estamos haciendo con esta perla de gran precio?’ Que cada uno de los que han sentido el contacto sanador del Cristo se pregunte: ‘¿Hago todo lo que puedo por expresar mi gratitud a Dios compartiendo con los demás las grandes bendiciones del Consolador?’ ”

La Sra. Rathvon habló del “nuevo modo de vivir” que se requiere de todo miembro de La Iglesia Madre que esté realmente dispuesto a apoyar la continuación y propagación de la curación cristiana. Esto exige que abandone todo lo mundanal y que “se mantenga libre de la rutina que las ciencias materiales, la teología y la medicina han trillado hondamente en el pensar y en la experiencia humana,” dijo.

Su discertación, “La responsabilidad de La Iglesia Madre,” definió la obligación y la oportunidad que hoy recae sobre nuestra Causa de sostener en todos sus puntos el plan para la presentación y demostración de la Christian Science pura e inadulterada, según lo prescribe la Descubridora y Fundadora de la Christian Science, Mary Baker Eddy, en el Manual de La Iglesia Madre.

El Sr. Peaslee discertó sobre el influjo vivo que la Christian Science imparte a la comunidad en que se ejerce. Reseñó la iglesia o sociedad filiales “a la vanguardia en la guerra que se libra entre la Christian Science y las bastardas pretensiones del mal.” Su discertación, “la responsabilidad de la filial,” advirtió que “ninguna iglesia es más fuerte que el pensar espiritual de sus miembros.

“El concepto que hoy se granjea en el mundo la Christian Science lo determina en gran parte el respeto que se merece en su propia comunidad cada filial de La Iglesia Madre,” afirmó el Sr. Peaslee. Y observó luego que “nuestros convecinos han de juzgar a la Christian Science — ha de atraerlos o alejarlos — según lo que observen en la vida individual de los Científicos Cristianos y en la actividad y crecimiento de sus iglesias.”

Dijo que la iglesia o sociedad filial tiene la oportunidad de “ocupar el puesto que le corresponde ante los ojos del vecindario como fuerza espiritual real y potente en el mundo de hoy día.”

En su discertación, “la responsabilidad de cada Cristiano Científico,” La Sra. Dickinson se explayó con énfasis en que rehuir nuestra responsabilidad civil no forma parte de la Christian Science. Estar bien informado es esencial, pero no suficiente, explicó.

“Al Científico Cristiano que asuma su responsabilidad y cumpla con ella, orando por el mundo y por la comunidad en que viva, se le ha de hallar ocupando su lugar apropiado en los asuntos cívicos,” dijo. Y añadió: “El norma su vida conforme a las leyes del país. Sin descuidar al propio tiempo estar alerta a la importancia de corregir las leyes que sean injustas, contribuyendo en cuanto pueda a que se reformen debidamente.”

Hablando de “las señales de los tiempos,” el Coronel Key dijo que la era actual, lejos de ser trivial y de estar satisfecha de sí misma, muestra evidencia alentadora de que espiritualiza su modo de pensar — y crecientemente buena disposición a aceptar la Christian Science. Como prueba palpable de esto citó las indagaciones que con respecto a la curación espiritual llevan a cabo entidades religiosas en Inglaterra y en los Estados Unidos, cada vez más atención al efecto del pensamiento en el cuerpo de parte de la facultad médica, y cambios fundamentales y desarrollos provocativos en el ramo de las ciencias naturales.

“La amenaza de una guerra atómica con la consecuente aniquilación constriñe a los mortales a acudir a un recurso espiritual fuera de ellos mismos en busca de incolumidad y salvación,” declaró el Coronel Key. “La misma circunstancia que ha traído a la humanidad al borde de la destrucción es la que la compele a volverse a Dios y Su Cristo como el único modo de escapar.

“Por eso es tan grande nuestra responsabilidad de Científicos Cristianos,” recalcó. “Contamos con el remedio, tenemos la comprensión espiritual y poseemos la organización de nuestra Iglesia con que ponernos a trabajar.”

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