[Artículo preparado por el Comité de Lecciones Bíblicas, basado en datos presentados en una serie de artículos que contiene el Tomo I del Christian Science Sentinel. Reimpreso de The Christian Science Journal de Octubre de 1941]
“Toda la Escritura es inspirada por Dios; y es útil para enseñanza, para reprensión, para corrección, para instrucción en justicia; a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, estando bien preparado para toda buena obra.” Así escribió Pablo a su bien amado Timoteo (II Timoteo 3:16 y 17). Los estudiantes de la Christian ScienceNombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”. aceptan esta declaración de Pablo, y comprenden además que el libro de texto de la Christian Science, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy, también fué “inspirado por Dios.” Es pues evidente que nuestras Lecciones-Sermones, que constan de pasajes escogidos de la Biblia y de Ciencia y Salud, no presentan doctrinas ni opiniones humanas, sino declaraciones inadulteradas de la verdad revelada. Al escoger esas declaraciones, el Comité de Lecciones Bíblicas se esfuerza por hacer cada Lección-Sermón, no una recopilación puramente intelectual de pasajes correlativos, sino el desarrollo espiritual del asunto guiado por la Mente divina. En el grado en que entiende y demuestra que es guiado así, puede decirse con certeza que es esa Mente, no una persona o grupo de personas, la autora de nuestros sermones.
Hablando de los temas para estos sermones, dijo una vez nuestra amada Guía: “Decid al comité que los temas originales Dios los dió— son suficientes, y quedarán para siempre” (Twelve Years with Mary Baker Eddy por Irving C. Tomlinson, pág. 145). Aunque cada seis meses se repiten los mismos temas, su naturaleza infinita es tal que pueden emplearse indefinidamente sin que se agoten sus posibilidades, “para instrucción” en la rectitud. Cubriendo, como cubren, los puntos esenciales del Cristianismo y de la Christian Science, proveen un desenvolvimiento interminable de las verdades eternas de Dios y el hombre.
Es bueno recordar que cada semana muchos que apenas comienzan a interesarse en la Christian Science dan principio a su estudio de las Lecciones-Sermones que contiene el Cuaderno Trimestral de la Christian Science. Por eso hay que escoger las citas y arreglarlas de tal modo que la lección se adapte con claridad y provecho a los principiantes tanto como a los más o menos adelantados. Naturalmente, eso puede requerir la repetición de pasajes incluidos en lecciones anteriores sobre el mismo tema. Pero para todos los estudiantes esas repeticiones pueden ser de creciente valor, puesto que a menudo algún pasaje repetido así de frecuentemente suele relucir con un significado nuevo especialmente al ocurrir con conexiones diferentes. Como una estatua bella puede contemplarse y así apreciarse cabalmente sólo al verse desde diferentes puntos de contemplación, así un versículo bíblico o pasaje de Ciencia y Salud bien conocido imparte nueva inspiración cuando se estudia desde la base que otras citas presenten y que puedan no haber ocurrido antes así conjuntamente.
El Texto Aureo y la Lectura Alternativa, aunque no forman parte del sermón, con él se relacionan íntimamente refiriéndose al mismo asunto. El objeto del Texto Aureo es sintetizar la idea fundamental que el sermón desarrolla. Es una declaración general de la que el sermón trata detalladamente. Así dilucida el sermón un tema general en todo su conjunto. La Lectura Alternativa prepara la mente del estudiante para que entre de lleno a la Lección-Sermón propiamente dicha.
Cada una de las seis secciones de que consta el sermón tiene su propio asunto relacionado definitivamente con el tema de la lección. Empezando con las simples premisas elementales o las definiciones enunciadas en las secciones de al principio, la lección prosigue desarrollando ordenadamente las conclusiones que resultan de las premisas y explicando, ilustrando y aplicando las verdades espirituales implicadas, pero sin seguir fórmula alguna ni ninguna serie de reglas al desarrollar la lección. Tratar de formular un esquema al que se adapte toda lección tendería a limitar la inspiración y a hacer las lecciones estereotípicamente rutinarias. Cada lección tiene su propia individualidad, su propio orden de desenvolvimiento que el estudio en actitud de oración ha de revelar.
Comparando dos lecciones sobre el mismo tema, “Dios,” puede ilustrarse lo que dejamos asentado. La primera de esas lecciones puede resumirse brevemente así sección por sección: I. Dios es Persona infinita. II. Dios es Padre-Madre. III. Dios es el Principio de la Ciencia divina. IV. La omnipotencia y omnipresencia de Dios. V. Dios, el Principio divino de la curación. VI. Dios, fuente de todo bien.
Seis meses después, aunque el tema era el mismo, su desarrollo tomó una forma enteramente distinta, como se verá por lo que bosquejaban sus secciones: I. Se define a Dios como el único Dios, el Todo en todo. II. Dios es el noúmeno y los fenómenos. III. Todas las creencias en otros dioses, que llevan al cautiverio, deben desaparecer ante el único Dios. IV. Jesús impartió a la humanidad el conocimiento verdadero de Dios. V. El conocimiento verdadero de Dios cura. VI. “Un Dios infinito, el bien, unifica a los hombres y las naciones” (Ciencia y Salud, pág. 340).
Sucede que en cada una de estas dos lecciones la sección quinta trata de un mismo aspecto de la curación aunque bajo tema algo distinto, empleando pasajes de la Biblia y de Ciencia y Salud enteramente diferentes. Es cierto que en otras secciones dos versículos de la Biblia y unos cuantos renglones de Ciencia y Salud citados en la primera de estas dos lecciones se repiten en la segunda. Pero a pesar de esa repetición y del uso del mismo tema, se verá fácilmente que los dos sermones son enteramente diferentes.
Es bien sabido que en la mayoría de nuestros sermones se dedica cuando menos una sección a algún aspecto de la curación física relacionada con el tema de que se trate. Es muy natural y apropiado que sea así, pues que la Iglesia Científica de Cristo se fundó conforme lo propuso Mrs. Eddy en una junta de la Asociación de Científicos Cristianos el 12 de Abril de 1879: que se organizara “una iglesia destinada a conmemorar la palabra y las obras de nuestro Maestro, la cual habría de restablecer el Cristianismo primitivo y su olvidado elemento de curación” (Manual de La Iglesia Madre por Mrs. Eddy, pág. 17). Sin embargo, al desarrollar las lecciones no siempre es preciso que sea la sección quinta la que trate de la curación. Y de cuando en cuando, en vista de la naturaleza del asunto, puede suceder que ninguna de las secciones trate de la curación física. Pero todo sermón de la Christian Science está llamado a ser curativo y a presentar definitiva y claramente alguna fase de tan prolífico tema de la curación espiritual — quizá la curación del pecado, de los defectos de carácter, del temor, de la ignorancia o de la limitación.
Una misma Lección-Sermón puede que se le desenvuelva de distinto modo a distintos estudiantes. Los temas de las diversas secciones pueden expresarse en diferente fraseología; porque el título adecuado para cada sección depende en gran parte de la demostración individual. Esa es una de las razones por las que no se indica el tema de cada sección en el Cuaderno Trimestral como parte del sermón. Otra de las razones es que el estudio, orando, que se requiere para descubrir y formular el tema de cada sección es la mejor preparación para entender tal sección.
Si el que estudia no percibe pronto cuál sea el tema, no hay que desalentarse, pues continuando su estudio recibirá la inspiración que es el único medio por el cual se puede entender la Palabra inspirada de la Biblia y del libro de texto de la Christian Science.
A menudo la primera cita de Ciencia y Salud que contiene la sección primera, revela el asunto de esa sección. En otras secciones, la primera cita puede que revele el modo de razonar que lleve a decidir cuál sea el tema en la cita final, como deducción o como el punto culminante. A veces son las citas bíblicas las que definen claramente el asunto o indican el tema. En otros casos, el texto bíblico puede tomarse en sentido figurado o como símbolo, dependiendo de las citas paralelas o equivalentes de Ciencia y Salud para que lo expliquen y apliquen. Otras veces, los pasajes bíblicos suelen contener declaraciones llanas que las citas de Ciencia y Salud han de ampliar o desarrollar. En ocasiones, dada la naturaleza del asunto o del tema, puede ser que no se vea clara desde luego la correlación entre los pasajes escriturales y los de Ciencia y Salud. Pero ha de hallarse en tales casos que esos pasajes bíblicos cuando menos implican o aluden a lo que las citas de Ciencia y Salud corroboran y explican.
Al prepararse para leer la Lección-Sermón el domingo, los Lectores deben esforzarse no sólo por leer con prolación correcta y cabal conocimiento de los pasajes que se van a citar, sino más especialmente por entender clara y plenamente su significado espiritual. Cada Lector debe estudiar orando la lección entera — tanto las citas de la Biblia como las de Ciencia y Salud — a fin de que perciba la estructura del sermón cabal, entendiendo la relación de cada sección con el tema y de cada cita con el asunto a que se contraiga la sección en que esté. Hay que leer el sermón, no como una serie de pasajes por separado sino en su conjunto íntegro y continuo. Sólo así se muestra la unidad espiritual y continuidad de pensamiento. En vista de la naturaleza espiritual de estos sermones nuestros, sólo comprendiéndolos en su sentido espiritual pueden leerse con provecho máximo.
Es significativo que nuestras Lecciones- Sermones se llamen así y no simplemente sermones; es decir, se preparan para estudiarse individualmente durante la semana anterior al domingo en que se lean en el servicio religioso de la iglesia. Los Científicos Cristianos encuentran que mientras más fielmente y en actitud de oración estudian la lección, más inspiración y esclarecimiento adquieren no sólo de su estudio diario sino también al escuchar su lectura el domingo en la iglesia. Si algún estudiante halla la lección no interesante, o difícil de entender, ha de ser que no la ha estudiado con suficiente atención y reconcentración para descubrir o percibir su mensaje espiritual. En tal caso, haría bien en recordar las palabras de Jacob cuando luchaba con el ángel (Génesis 32:26): “No te soltaré hasta que me hayas bendecido.”
Si bien es cierto que leer una o dos secciones al día en actitud de oración es indudablemente mejor que leer toda la lección superficialmente tendiendo así a que se vuelva mera rutina o rito, un estudio diario de la lección entera con la detención y atención debidas trae consigo una recompensa mucho más rica. Las multitudes que así estudian son de “colaboradores con Dios” para establecer en la consciencia humana las verdades espirituales que incorpora nuestra Lección-Sermón —“lección de la que depende en gran parte la prosperidad de la Christian Science,” según nos dice nuestra Guía en el Manual de la Iglesia (Artículo III, Sección 1). Los frutos de las curaciones que resultan de ese estudio individual consagrada-mente hecho constituyen la mejor evidencia de que nuestros sermones son divinamente autorizados y divinamente inspirados.
