Reuniones en la Extensión de La Iglesia Madre que siguieron a la Asamblea Anual de Junio de 1958
Frutos rendidos por los periódicos
[Síntesis de las alocuciones pronunciadas en esa reunión celebrada a las 10 a.m. el 3 de junio, cuyo texto íntegro aparece en inglés en el Christian Science Sentinel del 5 de julio de 1958.]
Carta de salutación de la Junta Directiva de la Christian Science
Queridos amigos:
Es un gran placer daros la bienvenida a esta reunión en pro de los periódicos establecidos por nuestra bienamada Guía, Mary Baker Eddy.
El mundo tiene hoy imperiosa necesidad de la palabra de la Verdad. La ignorancia y los conceptos errados deben ser reemplazados por el esclarecimiento y la comprensión espirituales. El verbo de la Verdad se revela a la consciencia humana de muchas maneras, pero muy a menudo lo hace por medio de la palabra impresa. De modo que nuestros periódicos — The Christian Science Journal, el Cuaderno Trimestral de la Christian Science, el Christian Science Sentinel, The Christian Science Monitor, y The Herald of Christian Science — llevan la palabra de la Verdad a los pueblos por doquier. Los Científicos Cristianos deben considerar a estos mensajeros de la Verdad como algo muy precioso pues “donde estuviere vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:21)— y allí también estarán vuestro amor y apoyo.
En tanto que en este año se cumple el septuagésimo quinto aniversario del Journal, el sexagésimo aniversario del Sentinel y la Sociedad Editora de la Christian Science y el quincuagésimo del Monitor, todos los cuales constituyen importantes piedras milleras en la historia de nuestro movimiento, al mismo tiempo debemos reconocer el reto y la oportunidad que se nos presentan de consagrar nuestros esfuerzos con más fidelidad que nunca a la promoción de la misión espiritual que animó a nuestra Guía cuando fundó estos periódicos. Trabajemos para armar con la Verdad, proveyendo de alas de Amor a estos mensajeros de la Christian Science para que rindan frutos abundantes.
Mrs. Eddy escribe en “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” (pág. 201): “La manera de extraer el error de la mente mortal es vertiendo en ella la verdad por medio de inundaciones de Amor.” ¡Cuán agradecidos debiéramos estar por toda nuestra literatura autorizada que trimestral, mensual, semanal y cotidianamente va a engrosar las “inundaciones del Amor”!
Cordialmente os saludamos,
Nota tónica: Mensaje de los Fideicomisarios de la Sociedad Editora de la Christian Science
La junta de Fideicomisarios de la Sociedad Editora de la Christian Science cordialmente os extiende la bienvenida a esta reunión en pro de los periódicos y sus frutos. Estamos seguros que estáis aquí en razón de vuestro amor por nuestros periódicos y vuestra confianza en su valor como emisarios de las grandes verdades espirituales que nos fueron reveladas por nuestra veneranda Guía, Mary Baker Eddy.
Nuestros periódicos son dádivas de Dios que vinieron a nosotros a través de la inspirada consciencia de nuestra Guía. Fué ella la que concibió, nombró y estableció a todos nuestros periódicos. Cada uno de ellos nos fué dado a medida que la necesidad así lo requería, y cada uno llena su lugar único en el movimiento de la Christian Science y en el mundo.
Los periódicos fueron establecidos con el propósito de sanar. En ellos los estudiosos de la Christian Science pueden decir algo acerca del crecimiento experimentado en sus conocimientos de la Christian Science y expresar su gratitud por lo que está haciendo por la humanidad. Los escritos de Mrs. Eddy suministran la revelación de la Christian Science, y nuestros periódicos indican lo que los estudiosos están aprendiendo de esta revelación y cómo la están usando.
Estos periódicos son testigos del poder de Dios entre los hombres. Son la expresión de los pensamientos elevados y regenerados de los Científicos Cristianos. Llevan a cabo su cometido de curación y regeneración a medida que son aceptados en el pensamiento humano. Estos son nuestros periódicos. Nosotros somos los que hemos recibido estos preciosos regalos de Mrs. Eddy, y no sólo demostramos nuestra gratitud por estos presentes, mas también nuestra devoción, amor, aprecio y lealtad hacia ella al apoyar y hacer uso de estos regalos cotidianos, semanales, mensuales y trimestrales.
¿Qué es lo que podría privarnos de dar nuestro apoyo íntegro a estos mensajeros de la Verdad? Una condición tal podría ser en realidad una indicación que hemos sucumbido hasta cierto punto a los manipuleos de la mente carnal, de la cual San Pablo nos dice es “enemistad contra Dios,” la Verdad. Toda sensación de indiferencia, apatía en cualquier forma hacia nuestros periódicos puede ser sólo el resultado de la indiferencia más grande existente en el mundo — el esfuerzo de evitar que se manifieste la expresión del Cristo la Verdad.
Si en algún momento el Científico Cristiano se encontrase pensando que le faltan los medios para apoyar o el tiempo o las ganas de leer nuestros periódicos, pues que se detenga y reconozca estos pensamientos por lo que son en realidad — no su manera de pensar, mas la serpiente engañadora, la sugestión mental agresiva del anticristo que se está esforzando por apoderarse y dictar las acciones de los hombres. Mantengámonos alertas para pelear contra la campaña susurradora de la vieja serpiente. Rechacemos la creencia mundial de la indiferencia, la ineptitud y la carencia, y estemos cada vez más prontos y ansiosos de proteger las dádivas de nuestra Guía.
Cada tanto se nos presenta la sugestión que el Christian Science Monitor no es uno de nuestros periódicos religiosos: de modo que no estamos obligados a apoyarlo. ¡Qué punto de vista más errado! Mrs. Eddy ha señalado el lugar que cada periódico debe llenar como integrante vital en la familia de los periódicos de la Christian Science. ¡Cada periódico, en su esfera individual, trayendo a luz frases integrantes de un gran total! ¡Qué sabiduría de largo alcance desplegó nuestra veneranda Guía!
En un artículo que aparece en Miscellaneous Writings, titulado: “Verdad-sanadora,” Mrs. Eddy acaba el artículo con estas palabras (pág. 262): “Queridos lectores, nuestro Journal está destinado a llevar salud y felicidad a todos los hogares en que se le permita entrar, y a conferir poder acrecido para ser bueno y hacer bien. Si queréis abrillantar propósito tan puro, contribuiréis a las probabilidades de que lo logremos patrocinando bondadosamente The Christian Sciente Journal que hoy da principio a su quinto volumen, ataviado en su nuevo y costoso vestido primaveral de la Verdad que cura.”
Estas palabras que se refieren al Journal, el único periódico de la Christian Science de aquel tiempo, sin duda pueden aplicarse igualmente bien a todos nuestros periódicos. Puesto que cada uno a su manera “está destinado a llevar salud y felicidad a todos los hogares en que se le permita entrar, y a conferir poder acrecido para ser bueno y hacer bien.”
El año 1958 es uno que conmemora los aniversarios de tres de nuestros periódicos y además el de la Sociedad Editora. Este año se cumple el septuagésimo quinto aniversario del Christian Science Journal, el sexagésimo del Christian Science Sentinel y de la Sociedad Editora y el quincuagésimo del Christian Science Monitor. No estamos anotando meramente los años que han transcurrido en cada uno de estos aniversarios, pero estamos expresando sincera gratitud por las oportunidades más amplias que cada uno de ellos nos ha brindado a nosotros y al mundo. En verdad, es esta una oportunidad de gran regocijo cuando consideramos los frutos que cada uno de ellos ha traído y continúa aportando a toda la humanidad. Dediquémonos con renovado entusiasmo prestando nuestro apoyo a cada uno de ellos. Nuestro quincuagésimo aniversario será también observado con la publicación de un nuevo libro por Erwin D. Canham, redactor del Monitor, y además por una edición aniversario especial del Monitor, que será publicada el 18 de octubre de 1958. El libro del Sr. Canham podrá ser hallado en cualquier Sala de Lectura de la Christian Science después de su fecha de publicación el 14 de septiembre.
El Monitor fué el último regalo que nos hizo Mrs. Eddy. Uno de los que escribió en el Sentinel del 26 de diciembre de 1908 dijo: “El primer efecto visible de este maravilloso regalo para nosotros y para el mundo ha sido el de elevar nuestros ojos a un horizonte mucho más allá de nuestro propio umbral. El llamado a que ayudemos en la manera de pensar mundial no es algo que puede pasarse por alto, es pues, un deber imperativo. ... ¡Grande es la oportunidad que se nos presenta y ojalá que solemne y gozosamente despertemos a ella!”
Se cuenta que cuando Mrs. Eddy estableció el Christian Science Monitor, dijo que este era uno de los pasos progresivos más grandes que había tomado desde que dió Ciencia y Salud al mundo. Y en el Sentinel del 21 de noviembre de 1908 Mrs. Eddy escribió: “Es mi deseo que cada Científico Cristiano, y tantos otros como sea posible, se subscriban y lean nuestro periódico cotidiano” (Miscellaneous Writings, pp. 352, 353). ¡Por esta sola razón debiéramos amar al Monitor, apoyarlo y reconocer el valor que tiene para nosotros y para el mundo! Cuando los puntos anteriormente citados han sido establecidos en nuestro pensamiento el lugar que ocupa el Monitor en nuestras vidas cobrará más importancia y se convertirá en la visión que para él tuvo nuestra amada Guía.
El mundo está aguardando y sediento ansia las verdades espirituales que tan libremente son ofrecidas en todos nuestros periódicos. En cada uno la fiesta espiritual está servida y se repite la invitación espiritual que dice (Apoc. 22:17): “¡Venga! ¡y el que quiera tome del agua de la vida, de balde!”
Después de unos momentos de oración en silencio seguida de la repetición en alta voz del Padrenuestro, se dieron las siguientes alocuciones:
La misión de nuestros periódicos
Hay un dicho inglés que dice que la mayoría de los hombres piensa en términos de pueblos, o de provincias o de países, pero muy pocos en términos de hemisferios. Hace casi un siglo trabajó entre nosotros una mujer que pensaba en términos no sólo de hemisferios sino del mundo, pues su amor abrazaba a la humanidad entera; una que por cierto nos enseñó que el hombre vive no en el espacio limitado mas en la Mente infinita, y que el pensamiento se manifiesta dondequiera que haya evidencia de Vida. De la amplitud de su pensamiento pudo ella escribir proféticamente del tiempo en que “el astrónomo ya no tendrá necesidad de levantar su vista hacia las estrellas,— mirará desde ellas, contemplando el universo” (Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 125).
Esta notable mujer, Mary Baker Eddy, a quien tenemos el gran privilegio y el gozo de llamar nuestra Guía, nos enseñó a través de la Christian Science que el camino al corazón de la humanidad se halla a través de la comprensión de Dios; pues sólo cuando discernimos mediante el sentido espiritual lo que ella denomina el corazón de la divinidad comprendemos los impulsos y las necesidades de nuestros semejantes.
Habiendo discernido por la revelación y la razón, el corazón de la divinidad, Mrs. Eddy se impuso la tarea de llegar al corazón y la mente de la familia humana con el mensaje redimidor de la Christian Science. Los periódicos que ella fundó son uno de los medios de llevar a cabo esa tarea. Ella estableció el objetivo de estos periódicos por los mismos nombres que les dió, a saber: el Christian Science Journal, o el indicador; el Christian Science Sentinel o el guardián; el Herald of Christian Science, o el anunciador. Paciente y persistentemente ella trabajó por ellos, los editó y vigiló que se mantuviesen correctos en sus declaraciones, viriles en estilo, atractivos en apariencia, merecedores en todo sentido de representar la Christian Science, para que guardaran su pureza y para que llevaran su mensaje a los rincones más lejanos del globo.
Es evidente entonces que la misión de los periódicos de la Christian Science es la de promover la Christian Science para beneficio de la humanidad. Y esto es lo que hacen precisamente de tres maneras: explicando, en artículos y editoriales, los puntos fundamentales de la Christian Science, dando muestras patentes de su eficacia sanadora mediante testimonios de curaciones verificadas cuidadosamente, y señalando siempre los escritos de nuestra Guía como la fuente de la Christian Science pura, alentando al lector a que se valga de esos libros para la instrucción propia de su teología científica y su aplicación práctica a los problemas de la existencia humana.
Para que los periódicos sean misioneros efectivos los artículos que contienen son escogidos por su valor práctico; no son meramente teóricos o especulativos, mas están imbuidos con la vitalidad de la experiencia y la demostración. Nuestra Guía escribe (ibid., pág. 98): “Las enseñanzas de Cristo no están envueltas en misterio, ni son teóricas y fragmentarias, sino prácticas y completas; y siendo prácticas y completas, no están privadas de su vitalidad esencial.” Vosotros que escribís los artículos, y los redactores que los editan bien podéis considerar esta declaración como una dirección general en la ejecución de este trabajo.
El trabajo misionero de nuestros periódicos no puede ser medido en términos de estaciones o números; se trata en vez de una continua siembra que madura en una continua cosecha. Puede que una persona lea un Sentinel hoy, y que vuelva a él meses más tarde cuando su necesidad se ha hecho más urgente. Otra puede que capte el espíritu de la Christian Science a la primera lectura, lo siga sin demora y encuentre al Cristo que transforma su vida. La salvación es para todos, y sin embargo la salvación no se manifiesta en masa; es una experiencia individual.
Haciendo caso omiso a posición geográfica, raza, color, idiosincracia nacional, las necesidades básicas humanas son las mismas en todas partes; la enfermedad y la carencia son iguales en cualquier idioma, y el Cristo habla a la consciencia humana en ideas que hallan su camino al corazón humano y lo sana.
Hace muchos años en el puerto de una ciudad a miles de millas de la calle Norway No. 1, un hombre se hallaba sentado sobre el malecón. No tenía empleo, estaba sin dinero y muy desalentado. Por lo que aparentaba ser una mera coincidencia, cayeron en sus manos unas cuantas hojas sueltas de una de nuestras publicaciones. Vió que se hallaban escritas en inglés, idioma extraño para él en aquel tiempo. Pero por la misma aparente coincidencia esas páginas también llevaban la traducción en el propio idioma de ese hombre.
No había oído hablar nunca de la Christian Science, y a medida que leía y la luz del Cristo penetraba en su consciencia, sintió grandes ansias de saber más acerca de esta enseñanza. Escribió una carta a la dirección que aparecía en una de las páginas y preguntó acerca del libro que con tanto aprecio se mencionaba en el artículo. Mencionó también el duro trance por el cual atravesaba, su largo período de desocupación y francamente confesaba que no disponía de los medios con los cuales pagar por el libro. Luego se dispuso a esperar, preguntándose si algún día recibiría respuesta, al mismo tiempo que se aferraba a esas preciosas páginas.
La Iglesia Madre no prestó a esa carta la atención común que cualquier otra casa editora hubiera dado a la indagación de un posible comprador, pero trató este asunto por lo que en realidad era: el llamado de un hombre que necesitaba el Cristo salvador y redimidor. Algunas semanas después arribó la respuesta del lejano Boston, en la forma de una linda carta escrita en el idioma de este hombre, llena de comprensión y verdadero amor, con palabras llenas de aliento diciéndole que el estudio del libro Ciencia y Salud que le llegaría en breve, haría frente a su necesidad muy eficazmente.
Finalmente arribó el libro traducido a un idioma que él comprendía, y el hombre sediento por su mensaje, comenzó el estudio inspirado que pronto le hizo sentir que no estaba mirando hacia las estrellas del bien inobtenible pero que estaba contemplando desde ellas el universo de Dios. Al poco tiempo halló trabajo y se convirtió en un devoto estudiante de la Christian Science.
Casi al año después envió un cheque a La Iglesia Madre junto con una afectuosa carta en la que contaba acerca de su progreso y la profunda gratitud que sentía por la confianza que esa lejana iglesia había puesto sobre él en su hora crítica.
El espíritu que inspiró el envío de ese libro a un pobre extraño distante miles de millas respondiendo a un sincero llamado de ayuda es el espíritu que llena nuestros periódicos, nuestros folletos y nuestros libros, y que por ello son amados y estimados adondequiera que vayan; este es el espíritu que sana, que enriquece al dador y transforma el regalo en una bendición para el que lo recibe. Aquellos que han estado en los rincones más lejanos de nuestro mundo cada vez más estrecho saben que es el Amor y sólo el Amor el que llena las necesidades humanas, el amor que está en el corazón y no en los labios.
Este no es de ninguna manera una ilustración aislada del modo en que nuestros periódicos están cumpliendo con su misión. Un caso más reciente es el de un hombre de la América Latina al cual le fué regalado un ejemplar del Herald of Christian Science en español por un marinero de un barco italiano. En razón de que este hombre se hallaba muy enfermo, los testimonios de curaciones naturalmente le atrajeron en modo especial, y se sintió impelido a escribir una carta a Boston haciendo averiguaciones.
Permitidme que os lea unos cuantos pasajes inéditos de esta carta: “Leyendo los Heralds ha despertado en mi ser un hombre con nuevos pensamientos, un espíritu con fuerza poderosa que me dice que me ponga en contacto con ustedes. Desearía con toda mi alma recibir esa enseñanza. ...” Y más adelante escribe: “También quiero decircles que les he leído el folleto (como llama al Herald) a varias personas y cuya lectura ha enardecido sus corazones, y ellos dicen que Dios pronto fundará aquí una iglesia filial” (menciona el nombre de su país). Luego cita los nombres de varias familias, y continúa diciendo: ..y otros más que no detallo por falta de espacio.” Para estas familias, el Herald se ha convertido a la verdad en lo que nuestra Guía deseó que fuera: un anunciador o mensaje portador de la Christian Science.
Pone fin a su carta de este modo: “Pongo el grito al cielo y a ustedes, pero primero a Dios y a Mary Baker Eddy a quien Dios reveló tan gran privilegio y de lo cual yo no dudo.” ¡Y toda esta inspiración la recibió de un sólo ejemplar del Herald!
Esta es la actividad, esta es la Causa, la misión que tenemos el privilegio de apoyar. Es la misión que cada Científico Cristiano desea compartir con gozo, puesto que la misión, su cumplimiento, y su recompensa vienen de Dios.
El objeto de nuestros periódicos no es primordialmente el de conseguir subscriptores mas el de atraer lectores, ya que subscribirse sin leer es una expresión incompleta del amor que constituye la substancia y el poder del apoyo verdadero. Aquel que ha menester ayuda, el que busca a Dios, aquel que está buscando una religión espiritual práctica, debe ser guiado a la Christian Science; y nuestros periódicos deben estar revestidos de la capacidad de atraer y satisfacer a todos. El Amor divino es el que reúne al que busca y a los periódicos, ya que el Amor es la Mente; es el único poder, la única atracción. Es suficiente para hacer frente a todo.
¡De modo que “siembra, firme, tu semilla, nunca admitas el temor”! (Himnario de la Christian Science, No. 97). Subscribíos a los periódicos, leedlos, escribid para ellos, amadlos, amad a aquellos que los preparan, amad a aquellos los reciben. Sólo de ese modo les estaremos dando nuestro apoyo completo en su tarea misionaría y podremos compartir en el gozo de su misión espiritual. Así veremos y comprenderemos cuán bien las sublimes palabras del Salmista pueden aplicarse al éxito de nuestros amados periódicos: “Haya aunque sea un puñado de grano en la tierra, sobre las cumbres de las montañas, hará estruendo su fruto como los cedros del Líbano” (Salmo 72:16).
Oíd la reunión vespertina del martes verificada en La Iglesia Madre
[Del Christian Science Journal de julio de 1958]
Cada uno de los miembros de La Iglesia Madre o de una de sus filiales tendrá el privilegio de oír a través de una cinta fonorreproductora el mensaje inspirador de la reunión vespertina del martes que se llevó a cabo en la Extensión de La Iglesia Madre el 3 de junio.
El tema de la reunión fué: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Cinco oradores pronunciaron alocuciones.
El presidente de la reunión fué Paul Stark Seeley, C.S.B., de Portland, Oregon, quien ha servido a nuestro movimiento en diversas capacidades, y que actualmente es miembro del Cuerpo de conferenciantes de la Christian Science, pronunció el discurso que se tituló “El camino de la armonía universal,” y que fué la nota tónica de la reunión.
La señora Dorothy Eileen Heywood-Dove, C.S., de Londres, Inglaterra, que ha sido una practicista muy activa de la Christian Science durante muchos años, disertó sobre el tema: “El camino de la salud, la armonía y la redención individuales.”
Floyd C. Shank, C.S.B., de San Francisco, California, profesor y practicista de la Christian Science desde hace mucho tiempo, eligió como tema: “El camino de la armonía y el crecimiento en la iglesia.”
La Sta. Julia Willis, C.S., de Somerville, Massachusetts, quien ha aplicado la Christian Science a sus problemas en la universidad y los negocios, pronunció un discurso muy interesante y útil sobre: “El camino del éxito para la juventud.”
El discurso de clausura fué pronunciado por W. Stuart Booth, C.S. B., de Denver, Colorado, quien desde hace mucho tiempo ha estado activo al servicio de nuestra Causa en la sede principal y ahora como profesor y practicista. Habló de: “El ejemplo de nuestra Guía.”
Cada uno de los oradores señaló en modo especial la aplicabilidad y la importancia del mandamiento de Cristo Jesús (Mateo 22:39): “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Las pláticas ilustraron muy efectivamente cómo el crecimiento y el progreso para el individuo, la iglesia y la comunidad son el resultado inevitable del cumplimiento íntegro de este gran mandamiento.
Una cinta fonorreproductora en inglés de esta reunión, completa con todo el texto de cada alocución, el preludio musical por el órgano, los himnos, las selecciones y la oración se halla a disposición de las iglesias filiales de La Iglesia Madre y puede ser requerida libre de costo para ser compartida con los miembros. Además habrá cintas fonorreproductoras en francés y alemán, para uso en aquellos países donde estos idiomas se usan comúnmente. Las traducciones al alemán, francés, español, holandés y sueco pueden pedirse prestadas por las filiales que las necesiten en forma de manuscritos. Es costumbre que la filial que lleva a cabo una reunión de esta clase invite a los miembros de otras filiales como también a los miembros de La Iglesia Madre en el área que sirve. En aquellos lugares en que no existe una iglesia filial o sociedad a razonable distancia, un grupo de miembros de La Iglesia Madre puede organizar una reunión para oír una cinta fonorreproductora o el manuscrito de la traducción.
Las tarjetas de solicitud y otra información pueden obtenerse escribiendo al Department of Branches and Practitioners, 107 Falmouth Street, Boston 15, Massachusetts, U. S. A. Los pedidos para la cinta fonorreproductora o un manuscrito deben ir acompañados por una lista de posibles fechas que cubran un período de al menos dos meses.
    