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La Christian Science* sana.

Del número de octubre de 1958 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La Christian Science
Nombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”. sana. Es tanto una ciencia como lo es aquella de las matemáticas o la de la armonía de la música. Le estoy profundamente agradecido a Dios que Mary Baker Eddy restableció la curación cristiana y luego la compartió con todo el mundo y por siempre al escribir el libro de texto, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras.” Estoy especialmente agradecido por el capítulo titulado “La Oración” en este libro de texto.

La Christian Science me ha traído tanto a mí como a mi familia innumerables bendiciones. Deseo relatar dos curaciones, una de las cuales experimenté yo mismo y de la otra fui testigo. En el año 1942 después de someterme a un exámen médico para un seguro de vida, el médico que me examinaba me informó que no sería aceptado porque aparentemente estaba sufriendo de diabetis. Se me dijo que debía regresar a los pocos días para someterme a un segundo exámen. Después que fué completado el segundo exámen se me dijo que no quedaban dudas que yo estaba sufriendo de diabetis. Este diagnóstico me dejó muy preocupado ya que tanto mi padre como un tío habían fallecido de esa enfermedad.

Inmediatamente pedí ayuda a un practicista de la Christian Science, quien trabajó por mí durante varios meses. Cuando solicité nuevamente el seguro de vida, un detenido exámen médico mostró que me hallaba completamente libre de diabetis, así es que mi solicitud fué aceptada. Con inmensa alegría pude también constatar que al mismo tiempo había sido sanado de un grave caso de pie de atleta.

El segundo caso de curación que deseo relatar ocurrió hace unos años, cuando mi cuñada y su hijito de seis años vinieron a visitarnos para quedarse con nosotros varias semanas. Mientras alojaban con nosotros mi sobrino asistió por la primera vez a una Escuela Dominical de la Christian Science gustándole mucho. Una mañana despertó con muchos síntomas alarmantes de enfermedad. Su madre decidió que se valdrían de tratamiento según la Christian Science de modo que llamaron a un practicista. No obstante su condición empeoró, y al finalizar el segundo día no podía caminar.

Al tercer día por la mañana, cuando las condiciones aparecían sumamente alarmantes, la madre llamó al practicista para preguntarle si debía referir el caso a las autoridades sanitarias pues a lo mejor se trataba de algo contagioso. Mientras ella hablaba con el practicista, el pequeño se levantó de la cama y corrió a la habitación contigua donde me hallaba sentado. Me puso los bracitos al cuello y dijo: “¡Estoy tan, tan feliz. Estoy tan feliz!” Mientras lo estrechaba en mis brazos, la fiebre le abandonó. Se vistió, tomó su desayuno acostumbrado y llamó al practicista por teléfono para expresarle su gratitud. Pasó el resto del día jugando alegremente.

La Christian Science me ha sido de inestimable ayuda en mis negocios, sobre todo en lo que respecta a las relaciones personales. Estoy agradecido por el privilegio de ser miembro de La Iglesia Madre y de una iglesia filial y por haber recibido el curso de instrucción.—

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