Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Cambiando de base

Del número de octubre de 1958 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El pensamiento humano se basa sobre su concepto de la realidad. Ya que la humanidad contempla generalmente la realidad como algo material, todas las ciencias naturales, como asimismo toda la teología ortodoxa, han aceptado la creencia del origen material y la de un universo material supuestamente perpetuador de sí mismo y a un tiempo destructor de sí mismo. En razón de que todo aquello que es material es perecedero, este sentido material de la realidad acepta el deterioro, la enfermedad, la muerte y todo mal también como real y como parte de la vida.

Este aspecto de la realidad es directamente contrario a las enseñanzas de la Christian Science, que declara que toda la realidad es el reflejo del Principio creador, o el Espíritu, llamado Dios, de modo que espiritual. La Christian Science ha probado esta enseñanza hace mucho por la destrucción, mediante sólo los medios espirituales, de las discordancias materiales que aparecen reales y tangibles para la mente humana.

La creencia en un universo material como resultado de una causa material ha producido no sólo el concepto de un Dios antropomórfico, a semejanza del hombre porque creado por él, sujeto a la enfermedad, el infortunio y el pecado, nacido de la materia y retornando al polvo.

Este sentido materialístico falso de la realidad formó la base del pensamiento mortal previo al advenimiento de la Christian Science. Enfrentó a la Descubridora y Fundadora de la Christian Science, Mary Baker Eddy, en su juventud, con el sentido de finalidad que la aceptación universal y no disputada parecía haberle prestado.

A pesar de que su temprana educación se basó naturalmente en gran parte sobre esta base materialista, su innata espiritualidad, acompañada de un profundo sentimiento religioso y una fe imperecedera en la bondad de Dios, la incitó cuando aún era muy niña a rebelarse contra las enseñanzas de una teología materialista concerniente a un Dios duro y cruel. Este fué el primer indicio de lo que más tarde efectuó su completa separación de la antigua base de pensamiento destinada a ser reemplazada a través de su trabajo, por la base espiritualmente científica que Cristo Jesús dió al mundo.

Muchos años de un devoto escudriñamiento de la Biblia en busca de la naturaleza de Dios y un instintivo deseo de hallar la explicación del poder sanador de Cristo Jesús, unido a sus cuidadosas observaciones de la relación entre la mente humana y el efecto de las drogas sobre el cuerpo, culminaron con su notable curación a través de la repentina revelación que se le presentó de cómo sanaba el Maestro. Esta experiencia la llevó al descubrimiento de la Christian Science cuyas enseñanzas constituyen la base espiritual absoluta de toda ciencia, teología, filosofía y medicina verdaderas.

Mrs. Eddy da la base fundamental de la Christian Science en las siguientes palabras de nuestro libro de texto, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras (pág. 492): “Dios es Mente, y Dios es infinito; por tanto todo es Mente.” Implícita en esta declaración se halla la conclusión que todo aquello que se opone a la naturaleza y la totalidad de la Mente, Dios, es irreal, de manera que falsa. Y Mrs. Eddy continúa diciendo: “Sobre esta declaración descansa la Ciencia del ser, y el Principio de esta Ciencia es divino, demostrando la armonía y la inmortalidad.”

La Christian Science enseña que Dios, el Espíritu, es la Mente divina, y que la Mente es Vida, Verdad y Amor; que toda la realidad es Su manifestación; de manera que Dios es el único creador y sostenedor del universo verdadero o sea el espiritual, y es su Principio divino gobernador; en vista que El es la única Vida o Mente, en la materia no existen ni la vida ni la mente. De modo que la materia es irreal y es sólo el estado objetivo del sentido material. La Christian Science enseña además que el hombre, siendo el reflejo de Dios, no es ni material ni la combinación de la materia y la mente, mas es un ser espiritual individual, semejante a Dios en su perfección, armonía e invulnerabilidad .

Esta fué la comprensión que Cristo Jesús poseía de Dios y el hombre; esta fué la verdad que enseñó y probó. Esta verdad revela al Cristo, el mensaje divino de Dios, que trae a los hombres la revelación de la filiación espiritual. Cuando es comprendida y aceptada como la base del pensamiento, el Cristo transforma el pensamiento humano y salva al individuo de las consecuencias de la creencia en más de un Dios, en más de una Mente.

El Cristo formaba la mentalidad de Jesús; constituía todo aquello que él sabía y veía acerca de su prójimo, y con esta comprensión de la realidad sanó a los enfermos. Fué la misma verdad que se le reveló a Mrs. Eddy y que en forma sistematizada y científica ella dió al mundo con el nombre de Christian Science.

Es obvio que esta nueva base de pensamiento — tan radicalmente opuesta a la antigua — no puede ser aceptada realmente sin comprenderse su verdad, ni abandonada la antigua sin verse su falsedad. Mrs. Eddy se refiere a las grandes bendiciones que recibe el individuo cuando acepta gradualmente esta nueva base. Ella escribe (ibid., pág. 322): “Cuando el entendimiento cambie nuestros puntos de vista acerca de la vida y la inteligencia de una base material a una base espiritual, lograremos la realidad de la Vida, el dominio del Alma sobre los sentidos, y percibiremos el Cristianismo, o la Verdad, en su Principio divino.”

Cuando la Biblia es estudiada a la luz de la Christian Science enseña al escudriñador sincero que la esencia de esta nueva-antigua base es el Primer Mandamiento (Ex. 20:3): “No tendrás otros dioses delante de mí.” Aquí tenemos el reconocimiento de un Dios, el Espíritu, como el Todo-en-todo del hombre y el universo y el reconocimiento de la irrealidad de la materia y el mal, y que la totalidad de Dios demuestra. Esta es la base de la Christian Science.

A través de sus escritos Mrs. Eddy señala que las enseñanzas y demostraciones de Cristo Jesús eran la manifestación de su profunda comprensión innata del Cristo como la base científicamente verdadera para todo pensamiento humano. Toda la infelicidad, la enfermedad, la carencia, los defectos de carácter y sus consecuencias son carne y hueso de esa tela de la experiencia humana que está construida sobre la antigua base material del pensamiento. Proporcionarnos la liberación de este sufrimiento impuesto por nosotros mismos es la función de la Christian Science. “El efecto de esta Ciencia,” escribe nuestra Guía (Ciencia y Salud, pág. 162), “es incitar la mente humana a un cambio de base, sobre la cual pueda ceder a la armonía de la Mente divina.”

Cuando el estudioso se siente sacudido a abandonar una base material de manera de pensar y adoptar la espiritual, se le abre el camino hacia una experiencia serena, sana y feliz. La Christian Science le ofrece la Ciencia del Cristo a la cual se refirió Jesús cuando dijo a la mujer junto al pozo (Juan 4:14): “Mas el que bebiere del agua que yo le daré, nunca jamás tendrá sed; sino que el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua, que brote para vida eterna.” Esta es la promesa que diariamente se cumple para los que profesan la Christian Science.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / octubre de 1958

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.