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“Un corazón agradecido”

[De especial interés para los niños]

Del número de octubre de 1958 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Una noche la madre de Jack se estaba preparando para asistir a una reunión de testimonios de los miércoles en una Iglesia Científica de Cristo. Su rostro tenía una expresión tan seria que Jack le preguntó: “¿Es que no tienes deseos de asistir a la reunión, Mamá?”

Su respuesta fué que naturalmente quería ir, pero que se sentía triste porque en todos los años que había asistido a estas reuniones, sólo una vez le había sido posible dar un testimonio. Cuando Jack le preguntó la razón, su madre tuvo que confesarle que se debía a que tenía temor de levantarse y hablar en público.

Hasta ese momento Jack no había asistido jamás a una reunión vespertina del miércoles, porque tenía que quedarse en casa para cuidar a sus dos hermanitos menores. Pero se interesó mucho por saber cómo eran esas reuniones. Su madre le explicó que Mary Baker Eddy había establecido estas reuniones para que las personas que se habían sanado como resultado del tratamiento según la Christian Science pudieran relatarlo públicamente y de ese modo enseñar cómo sana Dios.

“Pues, Mamá, encuentro todo esto muy maravilloso, y la próxima vez que yo experimente una curación iré a la reunión para contarla,” dijo Jack.

Al otro día él y su madre estudiaron el estatuto que se refería a los testimonios. Este puede hallarse en el Manual de La Iglesia Madre por Mrs. Eddy y que en parte dice lo siguiente (Art. VIII, Sec. 24): “ ‘Glorificad pues a Dios con vuestro cuerpo y con vuestro espíritu que son de Dios’ (San Pablo). El testimonio referente a la curación de los enfermos es sumamente importante. Más que un mero recuento de bendiciones, escala el pináculo de la alabanza e ilustra la demostración del Cristo, ‘que sana todas tus enfermedades’ (Salmo 103:3). Sin embargo el testimonio no ha de incluir una descripción de los síntomas ni del sufrimiento, aunque sí puede indicar el nombre genérico de la enfermedad.”

Juntos Jack y su madre decidieron que las potentes palabras de Mrs. Eddy que contenía este estatuto debían ser meditadas profundamente.

Jack consultó el diccionario y halló que uno de los significados de la palabra “pináculo” es “cima, o parte más elevada de una cosa.” Luego halló que una de las definiciones de la palabra “escalar” es “subir por una escala, ascender trepando.” Después de discutir acerca de cuán correcto era omitir la descripción de una enfermedad y el sufrimiento, ambos irreales, Jack y su madre llegaron a la conclusión que un testimonio debe hacer énfasis sobre la bondad y la buena voluntad de Dios de cuidar a todos Sus amados hijos.

Una noche poco después de haber tomado lugar esta conversación el perro ovejero de Jack, llamado Teddy, no volvió a la casa. Fué hallado dos días más tarde; había sido herido por un cazador tan malamente que no podía andar. A pesar de que Jack y su madre declararon la verdad acerca de la seguridad de todos los seres de Dios, todavía sentían resentimiento hacia el cazador y temían por la vida de Teddy. Al fin un día Jack dijo: “Mamá, le voy a pedir al tío Juan que me ayude a ver que todo esto no es verdad.”

El tío Juan era practicista de la Christian Science. Al momento le recordó a Jack que “Dios es amor” (I Juan 4:8), que El está en todas partes y que no existe nada en todo el universo del Amor que pueda dañar o ser dañado. También le leyó las siguientes palabras de Mrs. Eddy de “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” (pág. 518): “El Amor da a la menor idea espiritual poder, inmortalidad y bondad, que brillan a través de todo, como la flor a través del capullo. Todas las expresiones diversas de Dios reflejan salud, santidad e inmortalidad — Vida, Verdad y Amor infinitos.”

La conversación con el tío Juan le ayudó a Jack a adquirir una feliz sensación de confianza. Reemplazó la imagen del sufrimiento con el pensamiento de la libertad. Cuando se sentía tentado de albergar el resentimiento pensaba en el Amor divino y su idea. Todo esto le ayudó a perdonar al cazador. Al poco tiempo Teddy se hallaba retozando nuevamente con los muchachos en el patio, bollándole en el sol su dorado pelaje.

Jack estaba muy agradecido por el Cristo, la Verdad, que lo había sanado a él de resentimiento y a su perro Teddy de sus heridas. Ahora él también tenía un testimonio que podía dar.

Al miércoles siguiente Jack asistió al servicio, y fué el primero en dar testimonio. Naturalmente relató la curación que había experimentado su Teddy. Después de la reunion un miembro de esa iglesia le dijo a Jack que su testimonio la había sanado del temor de hablar en esas reuniones. Su madre le dijo que ella también había sido sanada de su temor, pues había percibido que cuando nuestros corazones están verdaderamente llenos del deseo de glorificar a Dios y de compartir nuestras bendiciones, nos vemos protegidos firmemente. El himno Nº. 3 del Himnario de la Christian Science imparte este sentido de la protección:

Un corazón agradecido una fortaleza es,
Una torre segura y firme,
Donde la omnipotencia de Dios, revelada,
Viste al hombre con poder enorme.

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