Durante el transcurso de un día activo, solemos pensar que nuestras obligaciones o circunstancias desfavorables, se han convertido en una carga casi insoportable. Probablemente estemos bajo la impresión de que hemos perdido nuestro sentido de dirección y de progreso ordenado. El hombre de negocios, el ama de casa, el profesional, todos ellos, anhelan a veces tener un respiro, un momento de descanso y de refrigerio espiritual.
Recurriendo a la Biblia encontramos la certeza de que la vara y el cayado del todo amable Padre, Dios, nos sostendrá en toda circunstancia y que Su amor nos guiará de manera segura aun a través de lo que pudieran parecer circunstancias difíciles y adversas. "Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará". Sal. 23:1, 2;
¿Cómo podemos utilizar este poder sostenedor de Dios, el Amor divino, para que nos libere de inquietudes frustratorias y nos sostenga en medio de los problemas apremiantes del diario vivir? Por medio de la oración, por medio de la comunión espiritual con Dios. La oración nos hace recurrir a Dios, por ser nuestro Padre-Madre celestial, y así nos pone en contacto con la fuente divina de todo poder y fortaleza. Una central eléctrica puede producir una gran cantidad de energía, pero, ¿de qué nos sirve este poder si no encontramos un cable para establecer contacto?
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!