Quien por un entendimiento de la verdad espiritual ha ganado paz interior y un sentido de certidumbre, provoca en muchos una curiosidad escéptica. Hace muchos siglos este mismo escepticismo movió a Poncio Pilato a lanzar su famosa pregunta a Cristo Jesús: “¿Qué es la verdad?” Juan 18:38;
El pensamiento general de nuestra época se muestra especialmente crítico de las llamadas “verdades” aceptadas como tales únicamente por ser tradicionales, pero también desconfía de las nuevas ideas humanas que se autoproclaman como verdades. Y con toda razón. El conocimiento humano nunca puede obtener más que fragmentos de la verdad. Este conocimiento, por ser subjetivo, varía según el punto de vista y las circunstancias, o sea, es de inevitable relatividad.
¿Cómo puede un Científico Cristiano presentar la Verdad, que es verdad porque es Dios, a los escépticos de hoy? Reconozcamos primeramente que esto no es un asunto de palabras, por razonables que sean. Nuestros congéneres de hoy están sometidos a avalanchas de palabras, teorías y doctrinas, muchas de ellas contendiendo entre sí. Están justificados en su escepticismo. En la Ciencia Cristiana, que revela el significado espiritual de la Biblia, un buen paso inicial es meditar y examinar detenidamente el ejemplo de Cristo Jesús, quien vivió y enseñó la verdad. Él dijo: “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. 8:32;
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