¡Con qué poder espiritual habrá atraído Cristo Jesús a la juventud! “Dejad a los niños venir a mí”, dijo Jesús a sus discípulos, y “no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios”. Marcos 10:14; Jesús se refería a su receptividad infantil, a su confiado reconocimiento de la presencia del bien.
La obra de Jesús consistía en atraer el pensamiento humano receptivo a un íntimo acercamiento con el Padre, para explicar la unidad de Dios y el hombre, Su amado hijo, y para demostrar las consecuencias resultantes. En la oración siguiente, el Maestro nos muestra claramente el Principio que lo guiaba: “He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra”. Juan 17:6;
“He manifestado tu nombre”. En otras palabras, al dirigirse al Padre, Jesús indicaba que él había comunicado claramente la perfecta naturaleza de Dios, como el Padre bondadoso y omnipotente.
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