Era un hermoso día de primavera, y todos los niños de la cuadra se divertían jugando al fútbol. Todos menos Rodolfito. Por lo general, él era el líder cuando se trataba de deportes, pero hoy no sentía deseos de jugar al fútbol; ni a ningún otro juego. La semana anterior su mamá había partido muy de prisa por avión. Ahora estaba de regreso en casa y le había dicho a Rodolfito y a sus hermanos y hermana que el abuelo había fallecido.
Rodolfito se sentía muy preocupado. ¿Qué le sucede a alguien que fallece? Él nunca había pensado antes sobre la vida y la muerte, y esto lo preocupaba bastante. Además, el abuelo había sido siempre muy divertido. ¡Sabía tantas canciones graciosas con las que hacía reír a los niños! A Rodolfito no le gustaba la idea de que el abuelito no vendría ya más a visitarlos.
Rodolfito simplemente se sentó mirando la pared. Muy dulcemente su mamá le preguntó: —¿Qué te pasa? ¿por qué no quieres jugar con los otros niños?
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