Cuando el samaritano
junto al herido llegó
¿dónde estaba yo?
¿Pasé de largo, apurado,
o me detuve para vendar sus heridas,
sanar los desaires y los sueños frágiles?
¿Me detuve para levantarlo
y ofrecerle la copa,
el vino de inspiración, y de amor,
y de curación?
¿Lo vi acaso erguido,
radiante de vida,
la imagen de Dios,
el reflejo de Dios,
como te veo a ti,
como me veo yo?
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