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Con un corazón rebosante de gratitud hacia...

Del número de marzo de 1974 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Con un corazón rebosante de gratitud hacia Dios por el maravilloso regalo de la Ciencia Cristiana, escribo este testimonio.

Yo era muy deforme. Todo mi cuerpo parecía haber crecido hacia la izquierda. Mi pierna derecha estaba torcida. Las radiografías mostraban una curvatura en mi espina dorsal. Los quiroprácticos decían que tenía algo mal en mi cuello. Los médicos decían que mi corazón estaba apiñado. Todo esto parecía ser la causa de vértigos momentáneos, jaquecas, vómitos, nerviosidad y depresión. Muy a menudo tenía que pasar dos o tres días en cama.

Cuando empecé a leer por primera vez Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, no lo comprendía, pero me sentí elevada, y sabía que en este libro estaba la respuesta para cada problema.

Mi curación completa tardó como nueve años, debido a que tenía muchos rasgos desagradables de carácter que tenía que vencer — crítica, impaciencia, resentimiento, conmiseración propia, para nombrar unos pocos. La deformidad y otros desórdenes fueron corregidos por medio de la oración con la ayuda de practicistas de la Ciencia Cristiana.

Me fue útil en especial la declaración en Ciencia y Salud (pág. 495): “Cuando la ilusión de la enfermedad o del pecado os tiente, aferraos firmemente a Dios y Su idea. No permitáis que nada sino Su semejanza more en vuestro pensamiento”. De la Biblia (Romanos 8:28), “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. También el Salmo 91 fue una fuente de inspiración y certeza del cuidado de Dios.

No hay palabras para expresar mi gratitud por Cristo Jesús, por la Sra. Eddy, por la ayuda recibida de practicistas de la Ciencia Cristiana, y de testimonios de curación. La instrucción en clase y las reuniones anuales de asociación son grandes bendiciones.

Verdaderamente, la Ciencia Cristiana presenta a Dios como nuestro Principio salvador y sanador.


Es un gran placer para mí verificar el testimonio de mi esposa.

Fui sanado de ataques al corazón, y del vicio de la bebida, que tenía muy arraigado pues bebía en exceso. Creo que la condición cardíaca fue causada por la bebida.

No soy miembro de la iglesia, pero nunca puedo estar lo suficiente agradecido por la totalmente nueva manera de vivir que la Ciencia Cristiana me ha traído.

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