Es mi gran deseo hoy, agradecer a Dios con todo mi corazón por guiarme hacia la Ciencia Cristiana.
Leemos en la Biblia, en Proverbios (3:5, 6): “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. Estas palabras me han guiado y dirigido hasta el día presente. De esta manera la Ciencia Cristiana ha cambiado completamente mi carácter y me ha enseñado mi propósito verdadero en la vida.
Tuve pruebas maravillosas del cuidado de Dios hacia mí mientras buscaba un nuevo lugar de empleo, y también fui guiada a la vivienda apropiada. Por cierto, estaba tan rodeada de amor que no sentí ninguna soledad en mi nuevo ambiente.
Luego, hace unos pocos meses pareció que pronto tendría que cambiarme de casa una vez más. Sin embargo, casi al mismo momento se desocupó otro apartamento en la misma casa. Al principio pareció como si éste no fuera el lugar apropiado, y el temor empezó a dominar mi pensamiento. Pero entonces me di cuenta de que si ésta era la manifestación del hogar que Dios había preparado para mí, los medios necesarios para pagar la renta de este apartamento estarían disponibles.
Con esto me tranquilicé perfectamente y esperé la dirección de Dios. Se presentó también el problema de tener que elegir la persona apropiada con quien compartir el apartamento. En este caso pude aprender a no buscar a otra persona sino a darme cuenta de que yo misma tenía que expresar aún más aquellas cualidades que yo estaba buscando, para poder establecer mi concepto de hogar y mi consciencia sobre una base espiritual.
Entonces vi claramente que la idea correcta y completa de hogar me pertenece, y que Dios, que es bueno, verdadero y bondadoso, ha preparado sólo lo mejor para Su amada hija. Mi voluntad humana, arguyendo: “Quizá está bien que hagas esto”, tuvo que ponerse completamente de lado, y tuve que dejar que Dios solo gobernara. Fue así que fui guiada a la persona apropiada, y se satisfizo la necesidad de una casa más grande.
En el Prefacio de nuestro libro de texto, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, leemos (pág. vii): “Para los que se apoyan en el infinito sostenedor, el día de hoy está lleno de bendiciones”. Así como tomamos alimento cada día, mi pan de cada día es la Palabra de Dios en la Biblia y en el libro de texto de la Ciencia Cristiana. Éste es el alimento espiritual por el cual vivo.
Estoy tan agradecida por esta Ciencia del Cristo, por mi afiliación a La Iglesia Madre y a una iglesia filial, por nuestro libro de texto, por todos los escritos de la Sra. Eddy, y también por la oportunidad de servir como ujier. Esta verdad puede, por cierto, ser una bendición para toda la humanidad.
Leinfelden, República Federal de Alemania
