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Las reuniones de los miércoles

Del número de marzo de 1974 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


: En el Orden del Culto para las Reuniones de los miércoles, como aparece en el Manual de La Iglesia Madre por Mary Baker Eddy, lo especificado bajo el número 6 provee la oportunidad para que la congregación relate “experiencias, testimonios y observaciones sobre la Christian Science”.Man., pág. 122; ¿Qué significa esto exactamente? ¿Solamente testimonios de curaciones? ¿O también significa libertad para disertar sobre la Ciencia Cristiana y sobre experiencias que no sean testimonios de curación?

: Bueno, el motivo de dar un testimonio también está explicado en el Manual, ¿no es cierto? La Sección 24 del Artículo VIII se refiere a la declaración de Pablo: “Glorificad pues a Dios con vuestro cuerpo y con vuestro espíritu, que son de Dios”. 1 Cor. 6:20; Y allí la Sra. Eddy dice del testimonio referente a la curación de los enfermos: “Más que un mero recuento de bendiciones, escala el pináculo de la alabanza e ilustra la demostración del Cristo ‘que sana todas tus enfermedades’ (Salmo 103:3)”.Man., Art. VIII, Sect. 24; Yo diría que un testimonio está encaminado principalmente a testificar la curación de los enfermos.

: Yo estaría de acuerdo con eso en términos generales, pero creo que hay momentos en que un Científico Cristiano experimentado, puede decir algo relacionado con la lectura que ayuda a presentar más claramente el sentido espiritual, y esto puede ser muy útil para la congregación.

: El recién llegado a la Ciencia Cristiana estará interesado principalmente en la curación, y no debiéramos perder de vista la importancia de dar testimonios sobre curaciones que hayamos tenido, o sea, las demostraciones del poder sanador de la Ciencia Cristiana en nuestra propia vida.

Sr. Welz: El Estatuto citado del Manual cubre testimonios que se dan en las publicaciones periódicas y en las reuniones de los miércoles. Pero el Orden del Culto también proporciona la oportunidad de relatar “experiencias” y “hacer observaciones”. Digamos, por ejemplo, que hay una amenaza de un huracán en cierta zona y que hay una reunión de testimonios la noche anterior al azote del huracán. ¿Hay un lugar en la reunión del miércoles para algo más que no sea la curación de los enfermos?

[Esta charla fue grabada antes de que el Sr. Aylwin renunciara a su cargo como Redactor adjunto para dedicarse íntegramente a su labor de practicista y maestro de la Ciencia Cristiana en Toronto, Canadá.]

Sr. Schneider: Muy definitivamente. Pero en lo que estoy especialmente interesado es en las sociedades más pequeñas donde sólo hay unos pocos miembros. Después de algún tiempo el período dedicado a los testimonios podría consistir meramente de observaciones. Pienso que debiéramos evitar esto.

Sra. Price: Sí, y las observaciones y testimonios debieran ser para glorificar a Dios más bien que una oportunidad para la glorificación de uno mismo. El motivo debe ser siempre el de glorificar a Dios y glorificar el mensaje de la Ciencia Cristiana.

Sr. Schneider: Yo no quiero ser el único aquí que haga hincapié sobre los puntos negativos, pero me ha ocurrido que después de una reunión de miembros tormentosa, algunos miembros, la semana siguiente, por medio de un testimonio, han tratado de justificar una posición que habían mantenido en la reunión de miembros la semana anterior. Esto no debiera hacerse.

Sra. Price: Una reunión de testimonios no es, por cierto, una plataforma desde la cual ventilar nuestros puntos de vista sobre cualquier tema de actualidad.

Sr. Aylwin: Un testimonio debiera alentar e inspirar a todos los que lo escuchan. Fue un culto de testimonios de los miércoles lo que me hizo volver a la iglesia, después de mis años de Escuela Dominical, porque pude ver que los testimoniantes era gente capaz e inteligente que habían probado la Ciencia Cristiana en sus propios campos de actividad, y hablaron con confianza y certeza.

Sra. Price: He pensado a menudo: si cada reunión de testimonios a la cual he asistido hubiera sido excluida de mi experiencia — dudo mucho que tendría la confianza que ahora tengo al aplicar la Ciencia Cristiana.

Sr. Aylwin: Además, un testimonio ayuda a quien lo da. Recuerdo el primer testimonio que di cuando era joven. Fue una experiencia traumática. Pero cuando me levanté y empecé, desaparecieron la timidez y el temor. Se destruyó el mesmerismo. Espero que el testimonio haya ayudado a quienes lo escucharon tanto como me ayudó a mí.

Sr. Welz: Surge muy a menudo la pregunta de si los artículos que aparecen en las publicaciones debieran tratar de decirle a los lectores cómo deben dar testimonios. ¿Se debieran establecer reglas que sirvieran de prototipo para dar buenos testimonios? o ¿se desenvuelve mejor cada persona cuando testifica a su manera, y se hace hincapié en el significado espiritual del testimonio?

Sr. Aylwin: Algunas veces un testimonio vacilante, no ensayado, y hasta no gramatical les llega a los oyentes debido al espíritu de amor y gratitud que respalda las palabras.

Sra. Price: Estoy de acuerdo con usted en este punto, pero al mismo tiempo, en algunas iglesias se les pide a los testificantes que hablen sólo durante aproximadamente tres minutos. Y no es muy fácil dar un buen mensaje en tres minutos a menos que se haya pensado bastante de antemano. Es como escribir. El otro día recibimos una carta de un señor que había escrito tres o cuatro páginas y se excusó diciendo que sentía mucho que había escrito una carta tan larga porque no había tenido tiempo de escribir una breve. Lo mismo se aplica a los testimonios. Si uno se levanta sin haberse preparado de antemano, puede uno divagar mucho sin llegar al punto.

Sr. Welz: Recuerdo que cuando yo tenía poco tiempo de haberme afiliado a una iglesia filial, criticaba mucho a un miembro de la congregación que casi todos los miércoles daba un testimonio bastante extenso. Un miércoles me levanté. Creo que fui el segundo en levantarme. Hice una narración bastante detallada de mi vida como Científico Cristiano. Creí que había hablado como cinco minutos. Cuando me hube sentado, el Lector anunció el himno de clausura de la reunión. Desde entonces me he tomado la molestia de pensar bien sobre el testimonio antes de darlo.

Sr. Schneider: Por lo general, el testimonio más difícil que da una persona es el primero. Y muy a menudo se siente más libre una persona, especialmente al principio, si pueden escribirlo antes y leerlo en la reunión de testimonios. No hay nada de malo en ello, ¿no es cierto?

Sr. Welz: Si uno está dando un testimonio en una lengua que no es la propia, escribirlo de antemano puede ser útil para todos. En todo caso, yo diría que es cuestión del testificante siempre y cuando esté leyendo su propio testimonio. Esto nos lleva a otra pregunta. ¿Qué decir de un testimonio que uno escuchó en alguna parte y quisiera compartirlo?

Sra. Price: Por supuesto, uno debiera hablar de su propia experiencia.

Sr. Aylwin: O tal vez sobre la experiencia de alguien de su propia familia.

Sr. Welz: La misma regla que se aplica a los testimonios de nuestras publicaciones debiera aplicarse allí, ¿no es cierto? El testimonio de oídas no es la experiencia de uno mismo, de manera que no está uno realmente “escalando el pináculo de la alabanza” diciendo lo que dijo otra persona.

Sr. Aylwin: Sin embargo, pienso que podría hacerse en este sentido — he dicho varias veces la experiencia que trajo a mi padre a la Ciencia Cristiana. Entonces era yo un niño pequeño, de manera que me consta lo que ocurrió.

Sr. Welz: Usted lo experimentó.

Sr. Aylwin: Sí, en cierto sentido.

Sra. Price: Y está en la familia.

Sr. Welz: Eso es diferente a alguien que se levanta un miércoles y relata un testimonio que escuchó en otra iglesia.

Sra. Price: Cuando yo estaba en Australia, recuerdo un testimonio que escuché allí que me dejó muy impresionada. ¡Pues ahora estoy diciendo el testimonio de otra persona! Como quiera que sea, ella dijo que tenía cierta clase de dificultad que tenía que vencer y ella recordó un testimonio que fue dado veinticuatro años antes y la idea en ese testimonio la sanó.

Sr. Welz: Esto viene al caso muy bien. Si usted dice el testimonio de otra persona y dice cómo la sanó a usted, entonces está usted relatando su propia experiencia de la cual ese testimonio es una parte vital. Usted está escalando “el pináculo de alabanza”, usted misma. Esto es muy diferente a meramente repetir lo que otro dijo. Pienso que no es meramente cuestión de una regla, sino de cuán auténtico le resulta a un visitante nuevo que se encuentre en la congregación.

¿Cuál es la función de un Lector en una reunión de testimonios? ¿Hasta qué punto debiera intervenir cuando se dan testimonios?

Sr. Schneider: Yo creo que un Lector no debiera permitir a los concurrentes divagar y relatar casos que, en realidad, no tienen ningún aspecto sanador. Recuerdo que cuando era Primer Lector tuve que interrumpir a un hombre que hablaba sobre una pelea en que se vio envuelto. En ese momento le pregunté si en su experiencia había algún aspecto sanador. Dijo que no y se sentó.

También en ciertas ocasiones, se justifica que un Lector corrija equivocaciones — diciendo algo que neutralice impresiones equivocadas hechas por el testificante. Esto, por supuesto, deberá hacerse de la manera más discreta y amable.

Sra. Price: ¿Es razonable interrumpir a alguien que describa demasiado vívidamente síntomas de enfermedad?

Sr. Welz: De acuerdo con el Manual sería apropiado. Dice: “Sin embargo, el testimonio no ha de incluir una descripción de los síntomas ni del sufrimiento, aunque sí puede indicar el nombre genérico de la enfermedad”.³

Sra. Price: Sí, y ¿no debiera ser también un testimonio más que una mera repetición de bendiciones humanas? Algunas personas convierten un testimonio en una descripción de un viaje. Esto es algo que debiera interrumpirse, ¿no es así?

Sr. Welz: Eso dependería de si la descripción va muy lejos. La pregunta que a menudo surge en una iglesia filial es si es amable interrumpir a alguien.

Sra. Price: ¿Amable para quién? No siempre es amable para la congregación dejar que un testimonio divagador prosiga.

Sr. Welz: A menudo pienso en ese largo testimonio que di, y cuán agradecido me hubiera sentido si el Lector me hubiera interrumpido. Hubiera sido mucho más amable para todos.

Sr. Schneider: ¿Qué les parece a ustedes si se leyeran testimonios de una edición reciente del Sentinel o del Heraldo si no hay testimonios de la congregación?

Sr. Welz: Esto parece algo muy imprudente de parte de un Lector si lo hace o lo permite.

Sr. Schneider: Tal vez lo sea, pero se hace ocasionalmente.

Sr. Aylwin: Como yo lo entiendo, el precedente de La Iglesia Madre sobre esto, es que las lecturas debieran limitarse a selecciones de la Biblia y de Ciencia y Salud.

Sra. Price: Pienso que el leer las publicaciones le impide a la congregación hacer un esfuerzo por buscar dentro de ellos mismos un testimonio para dar. Sería una fácil salida para ellos, ¿no es cierto?

Sr. Welz: He asistido a muchas reuniones de testimonios donde sólo había dos o tres personas presentes, y siempre encontramos la manera de tener una reunión de testimonios sin tener que leer el testimonio de otro.

Sr. Aylwin: Algunas veces la gente ha dado varios testimonios para que la reunión siguiera adelante.

Sra. Price: Y ser bendecida por ello.

Sr. Welz: Hay aquí un hecho metafísico, ¿no es cierto? Las ideas son ilimitadas. “El Alma tiene recursos infinitos. ..

Sra. Price: ... con que bendecir a la humanidad”.Ciencia y Salud, pág. 60; La Sra. Eddy lo aclara muy bien.

Sr. Welz: Esto es el propósito de una reunión de testimonios. Si aceptamos esta verdad metafísica, vamos a tener mucho que decir, por muy poca gente que se encuentre allí.

¿No tiene acaso el Lector mucho que hacer en la preparación de la reunión y en preparar sus lecturas para vencer el magnetismo animal que quisiera impedirle a la gente que dé testimonios?

Sr. Aylwin: Definitivamente.

Sra. Price: Eso es muy importante — la selección de las lecturas. Pienso, que debieran tener un mensaje muy simple que se entienda fácilmente.

Sr. Aylwin: En mi propia experiencia, vi que era muy útil llegar a la iglesia una hora antes y en el cuarto del Lector hacer trabajo metafísico antes de ir a la plataforma — para apoyar las lecturas y para ver claramente que la inspiración estaba presente y se manifestaría.

Sr. Welz: Sí, esto es muy importante — la preparación metafísica por parte del Lector y por parte de los otros miembros también. Entonces las lecturas proceden de la preparación metafísica en lugar de ser meramente un tema de interés. La reunión entera viene a ser una demostración de parte de todos los que oran por ella.

Sr. Schneider: Por cierto, las lecturas deben ser oportunas y tratar sobre temas que ocupan principalmente el pensamiento de la gente en un momento dado. Recuerdo cuando Martin Luther King fue asesinado. No usé las lecturas que había preparado originalmente para esa reunión del miércoles. En su lugar, elegí lecturas que pudieran ser útiles al tratar sobre este incidente en particular. Ésta es una manera en que el Lector puede ayudar a la congregación a que eleve su pensamiento.

Sra. Price: He aquí algo sobre lo que quise hablar antes. Una vez que se cobra confianza y se da un testimonio, se cae a veces en la tentación de dar testimonios constantemente y narrar cada pequeño detalle de la demostración que uno haya tenido en su día. Hay ocasiones en que es prudente examinar esto en su corazón, como lo hizo María después del nacimiento de Jesús. Y recordemos como dijo Jesús al hombre que había sanado de lepra: “Mira, no lo digas a nadie; sino vé, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos”. Mateo 8:4; Yo creo que a veces la gente da testimonios sobre asuntos privados de los cuales pueden lamentarse después.

Sr. Welz: ¿Cómo podría uno saber cuándo es prudente y cuándo no lo es?

Sra. Price: Eso sólo puede saberse cuando el motivo es correcto. Si el motivo de uno es el de glorificar a Dios y no hacer uso de la reunión de testimonios como una clase de confesionario o una ocasión para exhibir con orgullo todas las ideas que le han venido a uno, no creo que uno pueda equivocarse.

Sr. Aylwin: ¿No es acaso nuestro deber darnos cuenta de la presencia de la Mente de manera que los testimonios sean claros, útiles e inspiradores?

Sr. Welz: La congregación tiene algo mucho mejor que hacer que meramente criticar los testimonios o sentarse pensando si lo que se dijo les gusta o no.

Sr. Aylwin: Si uno es miembro de esa iglesia, debiera estar haciendo trabajo metafísico antes de la reunión y durante la reunión. Entonces será armoniosa e inspiradora — útil para todos los que estén allí.

Sr. Welz: Si los miembros de la congregación se dan cuenta de que sólo hay una Mente presente, y que la Mente única es Amor divino — de que la reunión entera es para el propósito de que el Amor se exprese, el Principio expresándose a sí mismo — no habrá ninguno que dé un testimonio que desorganice o descamine la congregación.

Sra. Price: Bueno, un testimonio que se da con el móvil correcto es un regalo para la congregación tal como si estuviera envuelto en papel y atado con un listón. Uno debiera estar agradecido por cada uno de ellos.

Sr. Aylwin: Y es tan importante asegurar de que se ha descrito la manera en que se efectuó la curación.

Sra. Price: ¡Y decir que uno sanó!

Sr. Schneider: Sí, una vez di un testimonio sobre una experiencia que tuvimos con nuestra hija, y yo me entusiasmé. Después que me hube sentado, mi esposa se levantó y ella fue la que dijo que nuestra hija había sanado.

Sr. Welz: Al preparar las lecturas, el Lector puede dominar de antemano algunos errores que surgen en la reunión de los miércoles. Creo que una de las experiencias más felices que tuve como Primer Lector fue preparar una lectura sobre magnetismo animal, en la cual usé poderosas ilustraciones y explicaciones de cómo puede dominarse el magnetismo animal sin tener que mencionar para nada el magnetismo animal. El resultado fue, que cuando empezó el período de testimonios, desapareció toda sensación de que la gente quisiera permanecer sentada. Durante todo el período de testimonios no hubo un solo momento en que no estuviera alguien ya de pie esperando para dar su testimonio.

Sr. Schneider: ¿Qué decir de la reunión de testimonios que abarca a la comunidad y atrae a la gente a la reunión?

Sr. Aylwin: Eso depende completamente del tono metafísico que se traiga a la reunión. Los miembros de la iglesia debieran estar plenamente conscientes de que es realmente la Mente divina expresándose a sí misma, no sólo por medio de la lectura sino a través de los testimonios, y que esta expresión divina no puede ser obstruida o estorbada.

Sra. Price: La reunión de testimonios es realmente el acontecimiento más notable incluso en todo el calendario de actividades de la ciudad cada semana porque esta reunión da pruebas de que Dios cura. Demuestra que las enfermedades “incurables” pueden ser sanadas por medios espirituales solamente. No hay nada que ocurra en todo el vecindario que sea más notable.

Sr. Aylwin: Por eso es importante estar allí, para probar que uno lo valoriza. La gratitud y alegría que usted siente no pueden ser abstractas. Usted tiene que estar allí y tomar parte. Entonces atrae a otros.

Sr. Welz: Supongamos que tenemos la sensación de que los testimonios que se dan en nuestra iglesia filial no son muy buenos y que pensamos que no queremos traer a un invitado para que los escuche — ¿qué debiéramos hacer?

Sra. Price: Es admirable cómo responden los invitados a lo que nosotros creemos a veces, en nuestra ignorancia, que son los testimonios más triviales. Por supuesto, es la sinceridad — la convicción y amor verdadero por la Ciencia Cristiana — lo que comunica. Los que se sienten así, y están realmente agradecidos, hablan de corazón, y en un lenguaje sencillo que otros pueden entender. Entonces, por muy sencillo que pueda ser el testimonio, es convincente e inspirará a quienes lo escuchen.

Sr. Schneider: ¿Qué decir cuando en ciertas ocasiones en una reunión de testimonios alguien se levanta y relata cómo aplicó la Ciencia Cristiana, digamos, para encontrar un objeto extraviado? Entonces todos los testimonios que siguen son sobre el mismo tema. Eso ocurre algunas veces.

Sr. Welz: Recuerdo una reunión en que alguien dijo que se le acabó la gasolina a su automóvil.

Sra. Price: Sí y ¡todos lo dijeron también!

Sr. Schneider: Es entonces cuando los miembros de la iglesia tienen que estar alerta. No sólo dejar que ocurra sino venir a la reunión preparados para contribuir.

Sr. Welz: Haciendo un resumen sobre lo que hemos estado diciendo sobre testimonios, parece que hemos tocado cuatro puntos principales, y todos ellos vuelven a ese Estatuto del Manual que citamos al comienzo. Primero: “El testimonio referente a la curación de los enfermos es sumamente importante”. Segundo: debe ser más que un recuento de bendiciones, debe escalar “el pináculo de la alabanza”. Tercero: “ilustra la demostración del Cristo ‘que sana todas tus enfermedades’ ”. Cuarto: un testimonio no debe ser una descripción de los síntomas. Creo que más bien hemos cubierto el asunto.

Isaías dice: “Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios”. Isa. 43:12. La Sra. Eddy fue divinamente inspirada para instituir las reuniones testimoniales de los miércoles. Nos dan una oportunidad de glorificar a Dios y dar testimonio del hecho que, Cristo, la Verdad, está sanando y redimiendo a la humanidad ahora, tal como lo hizo en la época de Jesús.

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