Uno de los pensamientos sanadores que la Ciencia Cristiana transmite, es el de la naturaleza indestructible de la substancia espiritual. El Espíritu y la substancia espiritual llenan todo el espacio en el universo de Dios. A medida que comprendemos esto, las discordancias materiales desaparecen.
¿Por qué pone énfasis la Ciencia Cristiana en la irrealidad de la materia? En Miscellaneous Writings (Escritos Misceláneos) estas palabras impresionantes de la Sra. Eddy sugieren una espléndida respuesta: “Por medio del Jesús humano, aprendemos algo de las cualidades de la Mente divina. El poder de su bondad trascendente se manifiesta en el dominio que le confirió sobre las cualidades opuestas al Espíritu, que los mortales llaman materia”.Mis., pág. 199;
Dios, el Espíritu divino, es la única realidad. Cualquier problema que se presente en la experiencia individual o mundial, implica la creencia de que la materia es real, que es deseable, o que es un factor determinante de la vida o la salud. Pero la Ciencia Cristiana enseña que la materia no es la substancia sólida que parece ser. Es limitación que se produce por condescender con las “cualidades opuestas al Espíritu”. Sabiendo esto, uno empieza a superar estos rasgos erróneos. Sólo por medio de esta superación podemos demostrar salud, libertad y plenitud en medida ilimitada.
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