Cada vez que sé de alguien que sufre intensamente a causa del reumatismo, pienso: “¡Ah, si esta persona tan sólo supiera de la Ciencia Cristiana!”
Tuve la oportunidad y la necesidad de comprobar por mí mismo que la Ciencia cura esta enfermedad. No presté atención a los primeros síntomas. Al poco tiempo el dolor y la rigidez fueron tan intensos que no me podía agachar para calzarme. El mal parecía tan real que estuve tentado a creer que ni aun la Ciencia Cristiana podía beneficiarme.
Sin embargo, traté una y otra vez de rechazar este pensamiento y buscar más de la verdad del ser espiritual que había aprendido durante tantos años. Recordé que la Sra. Eddy nos insta a perseverar en saber la verdad, y supe que en una mente llena de verdad no hay lugar para la enfermedad. Traté, por lo tanto, de mantener mis pensamientos ocupados con declaraciones de Ciencia y Salud por la Sra. Eddy. También obtuve pensamientos útiles de la Lección Bíblica cuyas referencias se dan en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana y que esa semana trataba sobre el tema “La materia”. Uno de aquellos pensamientos fue: “El gobierno que la Mente ejerce sobre el cuerpo debe reemplazar las llamadas leyes de la materia” (Ciencia y Salud, pág. 182). Después de pocos días de devota oración de acuerdo con estos pensamientos, el dolor y la rigidez desaparecieron.
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