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La práctica de la curación por la Mente

Del número de abril de 1975 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


No hay nada que le dé mayor alegría y satisfacción a un Científico Cristiano que confirmar en su propia experiencia o en la de otra persona la verdad de la declaración de la Sra. Eddy: “El poder curativo de la Ciencia Cristiana es positivo, y su aplicación directa. No puede fallar en sanar todo caso de enfermedad, cuando es atendido por uno que entiende esta Ciencia lo suficiente para demostrar sus más elevadas posibilidades”.Miscellaneous Writings, pág. 44;

Estas palabras, y otras parecidas en los escritos de la Sra. Eddy, muestran que aquellos que hacen el esfuerzo por comprender la Ciencia del cristianismo y percibir la naturaleza enteramente espiritual de Dios y del hombre, pueden comprender la verdad del ser en su poder curativo y probar su aplicación a las necesidades humanas.

He aquí un ejemplo: Un estudiante de la Ciencia Cristiana estaba sufriendo de lo que parecía ser una vértebra dislocada. Su actividad física se vio impedida, a tal grado, que hubo momentos que pareció sufrir de parálisis parcial. Durante días le fue difícil sentarse o acostarse o llevar a cabo las tareas necesarias del diario vivir sin sentir un dolor torturante. Sugestiones que presagiaban extremo malestar corporal lo inundaban a ratos, obligándolo a pensar que estaba inválido.

Siendo un dedicado Científico Cristiano, empezó a dominar estas sugestiones por medio de la oración. Se dio un tratamiento como lo indica el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy. Negó la realidad de la condición considerándola una creencia impertinente y repudió los falsos argumentos que hubieran querido engañarlo en aceptarla como verdadera y capaz de hacerlo sufrir. Reconoció con gratitud la omnipresencia de Dios y Su amor curativo, y reclamó su propia perfección como hijo de Dios. Dentro de poco tiempo obtuvo su completo restablecimiento. Ahora bien, ¿cuál fue el poder en su razonamiento espiritual que lo hizo tan poderoso en la destrucción del error?

En el trabajo curativo, los Científicos Cristianos comprenden que vencer una creencia falsa significa encararla como lo que es, nada, y así destruirla. Significa usar la comprensión espiritual adquirida en su estudio de Ciencia Cristiana para echar fuera del pensamiento las falsedades de la mente mortal y llenar el pensamiento con la verdad inmortal. Esta acción espiritualmente mental eleva nuestro pensamiento a la eterna verdad de que Dios es Espíritu y que el hombre, el reflejo del Espíritu, es totalmente semejante a Dios, y no sujeto a las falsas e ilusivas pretensiones de una mente mala separada de Dios que ejerce un supuesto poder en la forma de pecado o enfermedad. Hablando en términos generales, esto constituye un tratamiento en la Ciencia de la curación por la Mente.

Ciencia y Salud establece una regla para este tratamiento que es científicamente exacto y eficaz en la aplicación a todos los problemas del diario vivir. El Científico Cristiano empieza con el Principio en su trabajo curativo; es decir, comienza por afirmar la verdad acerca de Dios, de la ley de Dios, y de la creación de Dios como espiritual y perfecta.

Encontramos esta dirección categórica en el libro de texto: “El punto de partida de la Ciencia divina es, que Dios, el Espíritu, es Todo-en-todo, y que no hay otro poder ni otra Mente, — que Dios es Amor, y que por tanto es el Principio divino”.Ciencia y Salud, pág. 275; Todo tratamiento, entonces, comienza con el Principio, la ley de la Mente divina, para establecer confianza en la omnipotencia de Dios y la supremacía del bien. El tratamiento claramente reconoce la imposibilidad de que exista otro poder o inteligencia que perturbe o invada la armonía intacta y el orden eterno del ser del hombre.

Lo siguiente en nuestra consideración de Dios, no en el sentido del tiempo sino en el orden del ser científico, es el tema del hombre; de allí que nuestro pensamiento acerca del hombre tenga que ser específico. No podemos pensar acerca del hombre de una manera indefinida o vaga, porque la naturaleza del hombre es tan definida y tan eterna como la de Dios. En acuerdo perfecto y científico con el primer capítulo del Génesis, la Ciencia divina define al hombre como la imagen espiritual o reflejo de Dios. Mediante el discernimiento de la relación eterna del hombre con Dios, vemos que el concepto del hombre como espiritual y siempre perfecto en Dios tiene que ser la base de nuestro tratamiento. Tenemos que comprender este hecho fundamental en la Ciencia Cristiana; es una verdad que sustenta la práctica sanadora que tiene buen éxito.

Toda práctica eficaz en esta Ciencia tiene que estar basada en las verdades del Espíritu, pues la curación mediante la Ciencia Cristiana es curación divina. La práctica mental, entonces, tiene que ser más que mental; tiene que ser espiritualmente mental. Tiene que ser una declaración cristianamente científica de la perfección de Dios y el hombre — una perfección que estaba evidenciada en Cristo Jesús y demostrada por él — la cual elucida la Sra. Eddy en su explicación del Principio y regla de la Ciencia Cristiana.

Un tratamiento acertado prueba que la ley divina de la curación metafísica exige una clara percepción de la relación espiritual de Dios y el hombre. Donde la consciencia humana no iluminada ve discordia, el practicista debe ver la perfección de Dios, y discernir acerca de Su expresión, el hombre, sustentado perfectamente por la ley divina. Así consigue que la inteligencia divinamente iluminada se aplique a cualquier falsa creencia que parezca estar presente.

Además de saber y declarar lo que es verdad acerca de Dios y del hombre, es importante obtener una vista científica de lo que parece ser verdad en la experiencia humana, pero que no lo es. Así como sabemos el poder de la Verdad, así también necesitamos saber que el mal y la enfermedad carecen de poder. Lo más importante que hay que saber acerca del mal es que existe sólo en la creencia falsa, que es sólo el supuesto poder de la mente mortal en acción. La Sra. Eddy ha dado el nombre de magnetismo animal a la acción oculta o evidente del error en todas sus formas. El Cristo es la actividad genuina de la Verdad en la consciencia humana; por lo tanto el magnetismo animal tiene que ser la opuesta llamada acción del error en la creencia humana.

El practicista de la Ciencia Cristiana se esfuerza por despertar a otros del sueño del magnetismo animal, o el mal, y mantenerse él mismo espiritualmente despierto. La curación mencionada al comienzo de este artículo requirió la comprensión de la verdadera naturaleza de Dios como el bien. Desengañó al pensamiento humano de la creencia en el mal y a su vez liberó el cuerpo de los efectos de la creencia del mal en acción.

Existen muchas pautas para el tratamiento en los escritos de la Sra. Eddy que muestran el método práctico de echar abajo la mentira material mediante la aplicación del hecho espiritual. Una de ellas es este pasaje en particular: “La enfermedad es siempre producida por un concepto erróneo, que uno abriga en la mente en vez de destruirlo. La enfermedad es una imagen exteriorizada del pensamiento”.ibid., pág. 411;

Tal concepto y tal análisis metafísicos de la enfermedad que son exactos, equipan al practicista para ver que la creencia en una mentira o un falso concepto de las cosas es todo lo que siempre debe ser sanado. La práctica se basa en percibir que la enfermedad es una suposición de la creencia humana, y que la suposición es el reverso de la realidad — en otras palabras: una mentira acerca de algo.

Vencer una mentira en particular es saber la verdad particular acerca de ella. El tratamiento tiene que ver con una creencia específica sustentada ignorante o voluntariamente, y reemplaza la creencia de dolor o pecado con las verdades acerca de Dios perfecto y hombre perfecto. La idea espiritual en la consciencia humana tiene el poder, la ley, y la regla para reemplazarla. Esta comprensión espiritual es el Cristo, el poder de ver al hombre como realmente es.

Un tratamiento exige un pensamiento claro y conciso, exige una vívida comprensión de los hechos espirituales y una comprensión final y autoritativa de la nada del mal. El practicista tiene que confiar y ser específico sobre lo que sabe que es espiritualmente verdadero acerca de Dios y del hombre. Tiene que tener una comprensión positiva de la realidad. Para él la verdad es definitiva, decisiva — una fuerza vigorizante para la salvación. No hace uso de frases estereotipadas, fórmulas, o de la mera recitación de citas.

Las palabras de un tratamiento de la Ciencia Cristiana sólo pueden tener poder si están fundamentadas en un conocimiento espiritual de las palabras. Las palabras de nuestro tratamiento sólo tienen poder si vivimos y pensamos de acuerdo con el Cristo. Sin una semejanza genuina del Cristo, un mero conocimiento de la letra de la Ciencia divina es vano.

La percepción en la curación del enfermo significa profundidad del ánimo espiritual y una ausencia del pensar superficial. Vivir las cualidades del Cristo es básico para la práctica de la curación por la Mente. Vivir al nivel del cristianismo más elevado es indispensable para adquirir el poder espiritual en la curación.

En el capítulo “La Práctica de la Ciencia Cristiana” en Ciencia y Salud, hay muchas referencias a las cualidades cristianas esenciales para la práctica de la genuina curación espiritual. Recalcan la necesidad de compasión, benevolencia, gentileza, humildad, pureza, amor desinteresado.

El sanador hará bien en escudriñar su pensamiento diariamente para medir el grado de su semejanza al Cristo. El Cristo que vivimos es el mismo Cristo que Jesús vivió y probó con poder para curar. Es el crecer en el “conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”, Efes. 4:13. como Pablo lo declara, lo que nos da autoridad en el ministerio sanador. El estudiante imbuido con el Cristo puede con confianza practicar la curación por la Ciencia Cristiana.

El mundo necesita de aquellos que quieren practicar la pura y sanadora verdad del cristianismo reinstituido en la Ciencia Cristiana. Por cierto, todo sincero estudiante de esta Ciencia de la curación por la Mente la pone en práctica en todo lo que hace. Y el conocimiento espiritual de cada uno tiene influencia sobre los asuntos de la salvación universal, porque la visión de la realidad espiritual no tiene límites en el alcance de su influencia sanadora.

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