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Los testimonios en las publicaciones periódicas...

Del número de abril de 1975 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Los testimonios en las publicaciones periódicas me han ayudado mucho en mi aprendizaje del uso de la Ciencia CristianaChristian Science: Pronunciado Crischan Sáiens.. En gratitud desearía compartir parte de mi experiencia.

En 1949 mi esposo se encontraba bajo tratamiento médico. Se le dijo que padecía de tuberculosis muy avanzada. Nuestro médico de cabecera me dijo que no debía esperar que mi esposo volviera a su empleo habitual; en efecto, temía que le costara la vida. En aquella hora tan lúgubre le presentaron a mi esposo la Ciencia Cristiana. Le obsequiaron un ejemplar de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. Lo leyó de principio a fin y durante su lectura sanó instantáneamente. Un mes después, con el consentimiento del médico — que desde entonces se refería a mi esposo como “su paciente prodigio” — volvió al trabajo.

Cerca de diez años más tarde, debido a que la compañía en que trabajaba requería que a sus empleados se les tomaran radiografías, pasamos por otro período de prueba. Le dijeron a mi esposo que tenía cavernas que debían ser analizadas. Cumpliendo con las leyes del estado, todos en la familia tuvimos que tomarnos radiografías y a todos nos declararon sanos, incluso a mi esposo, quien tuvo que dejar de trabajar para someterse a varios exámenes durante largo tiempo antes de que lo dieran de alta para volver a su trabajo. Desde entonces jamás faltó ni un día a su trabajo por enfermedad. Tiene una carta confirmando este hecho. En aquel tiempo se afilió a La Iglesia Madre y a una iglesia filial, siendo miembro activo.

Volvió a su trabajo, y al cumplir el período obligatorio para jubilarse, la compañía le pidió que continuara trabajando porque tenía necesidad de sus conocimientos especializados y también por su magnífica asistencia y excelente salud. Trabajó con la compañía dos años y medio más, retirándose entonces voluntariamente.

Quisiera relatar una curación reciente. Me trasladé a nuestra nueva casa antes que mi esposo, pues aún estaba empleado. Una mañana desperté con un agudo dolor en el pecho. Oré todo el día para saber la verdad, declarando silenciosa y audiblemente que Dios estaba cerca y es todopoderoso, pero el dolor persistió y empeoró. Por la noche me sentí muy sola. Llamé a algunos amigos en la nueva ciudad, pero no pude encontrar a ninguno para que me apoyara en mi trabajo, de manera que llamé a una practicista en una ciudad distante. Oramos toda la noche, y temprano en la mañana cuando la llamé por tercera vez, me dijo: “Despréndase del pasado”. Sentí una gloriosa sensación de paz y sané. Echaba de menos mi antigua casa, mi familia, mis amigos y las actividades de la iglesia, y no me había dado cuenta de la magnífica oportunidad de afiliarme nuevamente a otra filial. Ahora estaba lista, y pronto me afilié a la iglesia en nuestra nueva localidad y aprendí que Dios es el bien omnipresente, siempre expresando actividad apropiada, y que siempre hay suficiente trabajo para todos en la viña de Dios.

Es un feliz privilegio el que nuestros cinco nietos estén aprendiendo a emplear la Ciencia Cristiana al asistir regularmente a una Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. Las palabras no pueden expresar mi gratitud por el amor de Dios, por nuestro Mostrador del camino, Cristo Jesús, y por la Sra. Eddy, quien trabajó tan fielmente para guiarnos a un nuevo modo de vivir. Mediante el estudio de la Ciencia Cristiana he aprendido lo que significa la verdadera confianza en Dios. Estoy muy agradecida.


Deseo confirmar el testimonio de mi esposa. Los hechos son como han sido narrados. Estoy muy agradecido de que mi propia curación y muchas otras se manifestaron por medio de nuestra comprensión y aplicación de la Ciencia Cristiana. Estoy profundamente agradecido.

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