David era un niño pastor. Cuidaba de las ovejas de su padre. Cuando un león vino a robar un cordero de su rebaño, él salvó al cordero. David no tenía miedo, era valiente porque sabía que Dios cuidaría de él.
Más tarde David salvó a su pueblo, los israelitas, de sus enemigos, los filisteos, quienes vinieron a pelear contra ellos. Los filisteos tenían un soldado llamado Goliat, quien era muy grande y temible. Asustaba a todos. Vestía un traje de bronce llamado armadura. Y llevaba una gran espada y una lanza.
Los soldados israelitas huyeron al ver a Goliat. Pero David decidió enfrentarlo y detenerlo. Entonces Goliat se burló de David porque era sólo un jovencito. Pero David sabía qué hacer. Corrió contra Goliat. No le temía. Era valiente y detuvo a Goliat allí mismo.
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