“ ‘La necesidad del hombre es la oportunidad de Dios’ ” (Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, pág. 266). Comprobé la verdad de esta declaración en mi experiencia. Fui guiado como un cordero de vuelta al rebaño, de vuelta a nuestro Padre, confirmando en mi vida las palabras de Cristo Jesús (Lucas 12:32): “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino”.
Hace algunos años fui sentenciado a un año de prisión, sentencia que debía cumplir en un Centro Reformatorio, trabajando en las carreteras. Antes de ser enviado al Centro fui ubicado en una prisión del condado, donde la injusticia de los hombres hacia los hombres es muy evidente. Fue allí donde mi temor, soledad, odio y terror extremos fueron la oportunidad de Dios para abrirme las puertas de la prisión y ponerme en libertad.
Había conocido la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) mediante mi esposa, pero todo lo que podía recordar eran estas palabras escritas en la pared de una filial de la Iglesia de Cristo, Científico: “El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana” (Ciencia y Salud, pág. 494). Por dos días me aferré a esta declaración tratando de no perder de vista el hecho de que Dios estaba a todo mi alrededor. Esa noche, al volver a mi celda después de la cena, vi una copia del The Christian Science Journal botada en el piso de una de las celdas. La recogí inmediatamente, y en los días siguientes casi me sabía ese Journal de memoria. Fue mi consuelo y paz hasta que me enviaron al Centro Reformatorio. Allí me permitieron tener una Biblia y Ciencia y Salud. Durante este tiempo comencé el estudio diario de las Lecciones-Sermones del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana, además de leer Ciencia y Salud cada vez que tenía oportunidad de hacerlo.
Aun cuando este aprendizaje y regeneración fue esencial para mi desarrollo y comprensión de mi unidad con mi unidad con mi Padre, muchas de las cosas que leía no las encontraba lógicas. Le pedí a Dios que me iluminara, que me ayudara a comprender lo que estaba leyendo. A la mañana siguiente fuimos enviados a una colina donde debíamos construir una nueva pared de piedra. Mientras esperaba la llegada de los otros presos, estaba mirando hacia el azulado océano Pacífico, encontrándome rodeado de hermosas montañas, claras y refrescadas por una fuerte lluvia. Miré hacia el suelo donde me hallaba parado, el que había sido dinamitado y en el cual había toneladas de equipo pesado. Allí había una pequeña brizna de hierba abriéndose paso desde la tierra. Primero dije: “Gracias, Padre”, y me vino al pensamiento una declaración de la Sra. Eddy (Ciencia y Salud, pág. 516): “La hierba bajo nuestros pies silenciosamente exclama: ‘Los mansos heredarán la tierra’ ”. Comprendí que el amor de Dios hacia una brizna de hierba era tan evidente, y que Dios también había dado dominio al hombre sobre todas las cosas.
Mi comprensión de la Ciencia Cristiana despertó gracias a esta experiencia, y desde ese instante he tenido muchas demostraciones y sucesivas pruebas del cuidado y de la protección de Dios.
Mi primera mayor demostración en la Ciencia Cristiana fue mi excarcelación del Centro Reformatorio y mi retorno a la vida normal en sólo cuarenta días. Un practicista de la Ciencia Cristiana, mi esposa y yo estábamos todos orando. Sentí que el lugar que me correspondía era con mi familia y con aquellos que amaba. Fui enviado a la corte después de servir cuarenta días de mi sentencia de un año. El juez revocó el resto de la sentencia. Tres hombres, dos de los cuales yo no conocía y el otro un amigo, habían sabido de mi situación. Estos tres hombres se propusieron conseguirme un préstamo y un empleo. Comunicaron su decisión a mi abogado defensor, quien a su vez la comunicó al juez. El juez decidió revocar la sentencia. Todo esto fue el resultado de nuestra oración para comprender más acerca de Dios. Ni mi esposa ni yo dimos ni un solo paso humano para lograr esta demostración. Mi excarcelación fue una verdadera bendición. ¡Qué día gozoso, no sólo por haber sido puesto en libertad del Centro Reformatorio, sino por ver a Dios en acción!
Desde ese entonces dejé el alcohol y el tabaco. Dios nos guió a un fructífero negocio, el cual vendimos para venir a un hermoso país, donde sentimos que nuestro principal propósito es el de reflejar y expresar a Dios, la única individualidad divina, y servirlo a Él aquí.
Estoy muy agradecido por poder compartir esta experiencia. Puede ayudar a otros a saber que no tienen que estar encerrados físicamente en una institución — permanecer en prisión — cuando la curación moral se ha efectuado. Aprendemos que los pensamientos que albergamos, si no vienen de la Mente divina, nos mantienen en cautividad y nos roban nuestra libertad.
Las ideas divinas que vienen de Dios son pruebas definitivas de que Su amor y protección están siempre con nosotros, y que en extrema necesidad Él siempre nos dará la oportunidad para comprobar que Él es una ayuda siempre presente.
Estoy humildemente agradecido por una esposa afectuosa y por buenos amigos, por los fieles practicistas, por ser miembro de La Iglesia Madre y de una iglesia filial, por haber tomado instrucción en clase y por el comité de actividades de la Ciencia Cristiana para instituciones penales, que me ayudó. Estoy agradecido por nuestro Mostrador del camino, Cristo Jesús, y por la Sra. Eddy, autora de Ciencia y Salud.
Playa Flamingo, Costa Rica
Yo soy la esposa mencionada. El tercer artículo de fe fue mi constante compañía durante la ausencia de mi esposo (Ciencia y Salud, pág. 497): “Reconocemos el perdón del pecado por Dios en la destrucción del pecado y en la comprensión espiritual que echa fuera el mal como irreal. Pero la creencia en el pecado se castiga mientras dure la creencia”. Cuando una verdadera regeneración y un honesto y sincero deseo de reforma ocurren, los hombres no tienen por qué seguir sufriendo.
Yo tampoco conocía a los hombres que hicieron los arreglos para poner a mi esposo en libertad. Dios realmente manejó toda la situación. Yo no di pasos humanos para asegurar el préstamo o para encontrar un empleo para él — las dos cosas que se requerían para ponerlo en libertad.
Estoy también agradecida de que a través de esta experiencia mi esposo pudo servir en nuestro comité de la Ciencia Cristiana para actividades en instituciones penales del condado. Estoy muy agradecida por la Ciencia Cristiana y por todo lo que ha hecho por nuestra familia.