Estoy muy agradecido porque hace muchos años me presentaron la Ciencia Cristiana cuando tuve que solucionar un problema en mi profesión. Al resolver esta dificultad tuve que cambiar por completo mi manera de pensar acerca de Dios, de mí, y del significado de la oración. La solución surgió cuando aprendí a reconocer a Dios como la fuente del bien, como Vida, Verdad y Amor. Para la demostración fue importante reconocer que Dios es omnipotente y que yo, siendo la expresión de Su ser, estoy en todo momento provisto de todo lo necesario.
Durante años había buscado algo que me guiara a orar correctamente. Ahora tuve el privilegio de aprender que una comprensión correcta de Dios es de por sí una oración, y que los problemas humanos se pueden resolver cuando estamos dispuestos a elevar nuestro pensamiento hacia Dios. De esta manera supe cómo resolver un problema de vivienda, y apliqué la Ciencia Cristiana por medio de la oración durante dificultades financieras para expresar en mayor grado la naturaleza de Dios como Amor infinito en los asuntos humanos. Al comprender que Dios es nuestra Vida, mi esposa y yo fuimos protegidos maravillosamente en un accidente automovilístico.
Estoy especialmente agradecido por la curación de una infección en el tímpano. Había sufrido de infección en los oídos casi todos los años desde mi niñez. Al poco tiempo de haber conocido la Ciencia Cristiana sufrí nuevamente de una infección en el tímpano, quedando algo sordo. En esa época no estaba tan adelantado en mi comprensión como para recurrir inmediatamente a Dios para la curación, así que fui a un especialista de oídos cuando el dolor se hizo muy intenso. Luego de varios tratamientos, que no me trajeron alivio, el doctor me dijo que me tendría que operar. Debía esperar tres días más hasta que se desocupara una cama en el hospital.
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