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Curación en las reuniones de la iglesia

[Original en alemán]

Del número de enero de 1978 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¿Ha considerado usted alguna vez que cada reunión en la iglesia de la Ciencia Cristiana — es decir, cada culto dominical, cada sesión de la Escuela Dominical, cada reunión de testimonios de los miércoles, e incluso cada reunión de miembros, o de comités, o de la junta directiva — puede tener u efecto sanador?

Alguien podría decir, “eso bien puede ser cierto de un culto dominical, de una clase de la Escuela Dominical o de una reunión de testimonios, pero, ¿sería posible en reuniones de comités o de miembros?” Si admitimos que nuestra iglesia procede de la Mente divina, ¿no debiera, entonces, nuestra iglesia expresar la naturaleza, la esencia, de su fuente — es decir, el bien, la armonía, el gozo y la santidad — en todas sus actividades?

La Sra. Eddy no deja lugar a dudas acerca de esto en su definición de “Iglesia” en el Glosario de Ciencia y Salud, donde da su significado espiritual: “La estructura de la Verdad y el Amor; todo lo que descansa en el Principio divino y procede de él”.Ciencia y Salud, pág. 583; La Iglesia es una idea divina que procede de la Verdad, del Amor, del Principio divino. Dios, no el hombre, la pone de manifiesto. Dios, el Principio divino, la gobierna. Los atributos de Su dominio son, por lo tanto, visibles en todo lo que la Iglesia es y hace, y al expresarse en el escenario humano.

“Los atributos de Dios son la justicia, la misericordia, la sabiduría, la bondad y demás”,ibid., pág. 465; escribe la Sra. Eddy. Éstos se reflejan en espontaneidad, novedad, amor, inspiración, espiritualidad y obediencia a la ley de Dios, atributos que deben constituir y caracterizar las reuniones de la iglesia. Una reunión de iglesia no puede desarrollarse sin estos atributos que atestiguan la presencia del Cristo. Inspiran el pensamiento a un concepto más elevado de Dios, el bien, revelando el gobierno del Principio divino, la base de toda acción correcta. Impulsan la actividad que demuestra la presencia del Cristo, la Verdad, y que es rica en bendiciones y curación.

¿Son siempre las reuniones de miembros, las de los comités, y las de la junta directiva, ocasiones de curación? Y si no lo son, ¿cómo podemos ayudar a que lo sean? En su Epístola a los Romanos, Pablo define la mente carnal como “enemistad contra Dios”. Rom. 8:7; ¿No incluye esta “enemistad contra Dios” todo lo que causa duda o niega la presencia de los atributos, que consuelan, inspiran y sanan, — atributos del Dios único, infinitamente bueno, quien es omnipotente, omniactivo, omnisciente y omnipresente? ¿No significa esta manera de pensar carnal, dar dominio a la creencia material sobre lo espiritual, poner la obstinación delante del bien común, dar atención a la crítica adversa en lugar de pensar constructivamente, anteponer el interés propio a la guía divina? Pablo con gran acierto dijo: “El ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”. ver. 6;

El análisis y caracterización de Pablo de “enemistad contra Dios” demuestra que podemos destruir esta enemistad por un cambio de pensamiento, por una dependencia absoluta en la Mente divina en vez de en la supuesta mente humana personal, por una revaluación mental. Esto se obtiene concediendo prioridad absoluta a lo espiritual y no a lo carnal, reemplazando el egoísmo por el amor desinteresado, y mediante la obediencia a la voluntad de Dios en vez de a la voluntad propia. “Buscad primeramente” — eso es, sin excepción alguna, sin desviarse — “el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas” — el alimento, el vestido, toda necesidad humana — “os serán añadidas” Mateo 6:33; es lo que aseguró Cristo Jesús. Escuchar a Dios y progresar en nuestra comprensión espiritual debe ser nuestro empeño primordial, si hemos de conocer la vida y la paz verdaderas.

Las insinuaciones de “enemistad contra Dios” se presentan como tentaciones secretas en forma de apatía, ociosidad, envidia, mala voluntad, habladurías y murmuraciones, buscando errores con una actitud de yo “lo sé todo mejor que los demás”, en obstinación y en una tendencia a imponerse sobre los demás. Éstos son intentos del anticristo para impedir el cumplimiento del propósito sanador de la iglesia. Pero no debemos permitir que esto suceda. Por lo contrario, debemos anular estas sugestiones mediante nuestra aceptación de la omnipotencia y omnipresencia del Principio divino y nuestra obediencia a su gobierno.

Necesitamos crecer en entendimiento espiritual para afirmar y sostener mediante la oración la verdad sanadora que la Ciencia Cristiana revela. Nuestro estudio de la Lección-Sermón en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana nos ayuda a lograrlo. Podemos eficazmente rechazar, rehusarnos a creer toda sugestión que se presente contra la curación y salvación espirituales, y saber que tales sugestiones no pueden ser aceptadas en ninguna parte. El hombre, la idea del Principio, conoce y expresa el ideal de Cristo, el estado del hombre perfecto. Sólo está sujeto al gobierno divino porque su única Mente es la Mente divina.

Nuestras reuniones de la iglesia serán más inspiradoras y se obtendrán mayores resultados de curación al reconocer la Mente divina y el Cristo sanador en nuestro pensamiento. El Cristo siempre sana. Como la Sra. Eddy lo dice: “El propósito del Amor divino es resucitar el entendimiento, y el reino de Dios, el reino de la armonía ya dentro de nosotros. Por medio de la palabra que os es hablada, sois liberados. Permaneced en Su palabra, y ella permanecerá en vosotros; y el Cristo sanador se verá manifestado en la carne nuevamente — comprendido y glorificado”.Miscellaneous Writings, pág. 154.

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