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Deje que soplen los vientos de Dios

Del número de enero de 1978 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La Verdad existe. Por esta razón realmente no es posible aumentarla o disminuirla con la oración o por cualquier otro medio. Desde el punto de vista de la Mente divina, o sea, Dios, lo único que existe es el Ser infinito, perfecto, inmutable, que se expresa en el hombre y en el universo. Por lo tanto, lo que en la experiencia humana parecen ser condiciones materiales mejoradas, no son un aumento de la verdad del ser, sino la desaparición de las nubes de conceptos erróneos que tratarían de ocultar lo que siempre ha existido y existirá.

Es prudente no considerar jamás las condiciones humanas del momento como si fueran absolutas o definitivas, porque cualquier concepto del ser que se base en algo menos que lo divino, menos de lo concebido por Dios, tiene que ser transitorio. Lo malo que parece manifestarse en la experiencia humana es, por supuesto, totalmente el estado subjetivo de la ignorancia — de una mente que no es Dios. Pero también es importante ver que lo que consideramos bueno en la experiencia humana siempre es, en el hecho espiritual verdadero, el efecto de la comprensión divina manifestándose, a pesar del sentido humano limitado, no debido a él. Nuestra Guía, la Sra. Eddy, explica: “El pensamiento humano nunca ha proyectado la más mínima parte del ser verdadero”.Ciencia y Salud, pág. 126; Sólo cuando percibimos el bien bajo el punto de vista de la Mente que es Dios, el bien, lo tenemos seguro.

La eliminación de la ignorancia y las limitaciones mediante la comprensión devota de lo que es verdadero no puede destruir ni un ápice de lo real y tangible. Este proceso no puede dejar un vacío o destruir algo que sea verdadero. La Verdad existe a pesar de los conceptos humanos erróneos acerca de ella. Es alentador saber que, aun cuando tratáramos de renunciar o de perder el más mínimo elemento que pertenece al conocimiento de la Verdad, no lo lograríamos porque lo único que por siempre puede desaparecer es el error respecto a ello. Por esto es que Jesús pudo prometer: “No he venido para abrogar, sino para cumplir”. Mateo 5:17; La interpretación estéril e inadecuada acerca del ser cede a la Verdad, y esto se manifiesta en una vida cada vez mejor.

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