Las reuniones más importantes de todas las que se celebran en una Iglesia de Cristo, Científico, son los cultos dominicales, las reuniones testimoniales de los miércoles, la Escuela Dominical y las conferencias sobre Ciencia CristianaChristian Science (crishchan sáicns). Estas reuniones están estipuladas en el Manual de La Iglesia Madre por nuestra Guía, Mary Baker Eddy, y proveen a nuestro movimiento con los medios para rendir culto a Dios, sanar, progresar y educarse espiritualmente.
También hay otras reuniones esenciales. Éstas incluyen reuniones para llevar a cabo el trabajo de los comités de una iglesia filial, reuniones de la junta directiva y asambleas de miembros necesarias para el gobierno democrático de la iglesia como lo requiere nuestra Guía. La Iglesia Madre cuenta con ciertos programas apropiados para ayudar a las filiales a desarrollar las actividades establecidas en el Manual, los cuales requieren reuniones ocasionales.
Sin embargo, en los últimos años ha habido una profusión de reuniones especiales, muchas de ellas para presentar a oradores de otros lugares y, en algunas ocasiones, para enfocar temas que tienen poca relación con las actividades básicas establecidas por la Sra. Eddy como esenciales para la vitalidad y el progreso espirituales de nuestra Causa. Muy a menudo éstas han sido reuniones en conjunto. Si bien algunas veces puede ser apropiado llevar a cabo una reunión especial en apoyo de una actividad estipulada en el Manual, tales reuniones no debieran celebrarse tan frecuentemente como si fueran actividades regulares de la iglesia. En efecto, es necesario que examinemos la situación si una reunión en apoyo de alguna actividad de la iglesia filial, atrae más gente — como algunas veces ha ocurrido — que la actividad misma que se está apoyando.
Sabemos que nuestras oficinas generales han contribuido, algunas veces, a esa profusión. Lo que nos estamos exigiendo a nosotros mismos y le pedimos a nuestro Movimiento es una consciente y firme dedicación a lo esencial. La misión sanadora de la Ciencia Cristiana ofrece más de lo necesario para tener una actividad significativa. Estos tiempos exigen menos charla y más curación. La espiritualidad, que es la necesidad más grande hoy en día, se logra mejor mediante el estudio individual, la instrucción en clase y el crecimiento y demostració. Escuchar colectivamente a otros no es un sustituto ni es siempre una ayuda.
En una carta de la Sra. Eddy a sus alumnos en 1893, a continuación de la última reunión de la Asociación Nacional de Científicos Cristianos en Chicago, nuestra Guía escribió: “La espiritualidad es la base de todo pensamiento y volición verdaderos. El reunirse y escucharse mutuamente, ya sea amigable o contenciosamente, no es una ayuda por la cual los estudiantes puedan adquirir sólidos conocimientos de la Ciencia Cristiana. La experiencia y, sobre todo, la obediencia, ayudan y atestiguan el desarrollo y la comprensión en esta dirección”.Escritos Misceláneos, pág. 156;
Todo lo que esté basado en el Manual está respaldado por el poder y la aplicabilidad actual de la revelación dada por Dios a nuestra Guía. Otros medios pueden ser útiles temporariamente, pero tales recursos deben pesarse contra el tiempo y la dedicación que se le quita a las actividades básicas de la iglesia — y al importante trabajo de curación. En el Manual leemos: “Dios requiere todo nuestro corazón, y Él proporciona, dentro de los anchurosos canales de La Iglesia Madre, ocupaciones y deberes suficientes para todos sus miembros”.Man., Art. VIII, Sec. 15;
Es bueno recordar que nuestra Guía, quien estaba inspirada por Dios, nos ha dejado todo lo que necesitamos para nuestro progreso individual y colectivo. La autoridad de la revelación divina es el fundamento de las actividades establecidas en el Manual, tales como la Lección-Sermón, en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana. que se estudia diariamente, los cultos de la iglesia, las reuniones vespertinas de los miércoles, las Salas de Lectura, conferencias, la Escuela Dominical, la instrucción en clase y las reuniones de asociaciones, así como las organizaciones de la Ciencia Cristiana en las universidades y otros medios que la Sra. Eddy estableció como funciones permanentes e indispensables de su Iglesia. Nuestra gran oportunidad es despertar a las posibilidades de estos medios `divinamente autorizados y utilizarlos al máximo.