La Ciencia Cristiana
Christian Science (crishchan sáiens) nos enseña que al pensar en el hombre, en lo que realmente pensamos es en la expresión misma de Dios, y nunca podemos pensar en el hombre de ningún otro modo, porque el hombre es inseparable de su origen divino.
Por ejemplo, no podemos decir: “Bueno, ahora para resolver este problema, voy a pensar durante los próximos días solamente en Dios y a dejar al hombre fuera del asunto” o “voy a pensar solamente en el hombre y a descubrir qué es el hombre y qué está causando este problema y voy a dejar a Dios fuera del asunto”. Esto no se puede hacer. El hecho de que la Ciencia Cristiana nos revela a Dios como Principio, Mente, Espíritu, Alma, Vida, Verdad y Amor divinos, significa que la Ciencia nos está revelando al hombre como la expresión de Dios mediante esos términos. Y el hecho de que estamos viendo al hombre en la radiante espiritualidad de su ser significa que lo que estamos en realidad viendo es la expresión misma de Dios.
A un pequeño niño un amigo escéptico le preguntó dónde estaba Dios.
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